TEMAS
Tema 1. La educación en España entre la romanización y el medievo I
Tema 2. La educación en el Renacimiento español
Team 2. Pedagogía del Humanismo español
Tema 3. Educación y política durante el Barroco
Tema 4. Educación e Ilustración en la España del siglo XVIII
Tema 5. Pedagogía de la Ilustración española III
Tema 6. La pedagogía española del siglo XIX (I)
Tema 7. La educación durante la restauración (1875-1902) III
Tema 8. La Institución Libre de Enseñanza III
Tema 9. La educación en el reinado de Alfonso XIII (II)
Tema 10. Política educativa de la Segunda República española III
La educación progresista y democrática (1868-1874)
La educación española durante la segunda mitad del siglo XX (II)
La pedagogía española del siglo XX
El reformismo escolar en la España del siglo XX
TEMA 1
- - - La huManitas hispano-romana I
- - Consecuencias pedagógicas de la romaninación de hispania II
- - - La educación musulmana en España i
- - La tradición educativa hispano-musulmana II (es lo mismo que la educación musulmana??)
- - Pensamiento educativo de Quintiliano III
- - Continuidad de la humanitas romana en la España visigoda III
- - Cultura Medieval y escuela monástica en España
- - La aportación pedagógica de Ramón Llul
- - Las escuelas palaciegas y de formación del caballer
RESPUESTAS
1.
La humanitas
hispano-romana I
Humanitas es un concepto mediante el
cual los romanos incluían todo el proceso por el que la educación convertía a
los seres humanos de hombres rudos e incultos en hombres cultivados y eruditos.
Este término evolucionó: en un principio equivale a clementia, sinónimo de filantropía. Posteriormente a la condición
humana como estilo de vida superior a los animales y como perfección de la
naturaleza humana. Finalmente se identifica con el término griego paideia, entendida como educación,
formación y cultura. Para llevar a cabo esta humanitas, se estructuraba la educación en las siguientes etapas:
escuela elemental, enseñanza de artes y enseñanza superior.
2.
Consecuencias pedagógicas de la
romaninación de hispania II
Uno de los primeros pasos fue la creación
de escuelas a través de las que se inicia la enseñanza del latín, es decir,
que fueron el vehículo de romanización y de la expansión cultural; fueron
públicas a cargo del erario municipal de cada civitas (con plenos derechos y
recursos económicos: Huesca, Córdoba, Cádiz, Astorga...)
· A los 7 años el niño iniciaba
su asistencia a la Schola primaria
bajo la tutela del ludus magíster, encargado de la enseñanza elemental.
El niño era acompañado por un pedagogo, que solía ser un esclavo de confianza.
La escuela solía estar al aire libre en el foro o plaza de la ciudad.
El programa consistía en:
-
el aprendizaje de la lectura
(mediante frases o sentencias ejemplares de carácter formativo)
-
el aprendizaje de la
escritura (en tablillas de cera donde tenía que escribir lo que había leído)
-
repetía texto para ejercitar
la memoria
-
con los cálculos (piedras)
aprendían a contar y las operaciones más elementales de la aritmética.
· A los 12 años el niño podía
asistir a la escuela de gramaticus (hasta los 15 años)
Estos alumnos eran de un nivel superior en cuanto a clase
social y el tutor gozaba de mayor
prestigio que el magíster ludi.
prestigio que el magíster ludi.
Los objetivos de la enseñanza eran dos:
1. Estudio teórico de la lengua
y su conocimiento práctico, mediante comentarios de textos, el
estudio de la declinación, y la conjugación de las partes de la oración de textos clásicos.
estudio de la declinación, y la conjugación de las partes de la oración de textos clásicos.
2. Ortografía y sintaxis.
También el estudio de la métrica para interpretar a los poetas y poder
construir algún poema.
construir algún poema.
· La cúspide de la enseñanza
superior era la oratoria, cuyo contenido era, al principio, la filosofía
y
la historia –humanitas retórica-; Posteriormente también Derecho. Era exclusiva de las clases superiores
y estaba a cargo del Rhetor.
la historia –humanitas retórica-; Posteriormente también Derecho. Era exclusiva de las clases superiores
y estaba a cargo del Rhetor.
· Junto a la instrucción
escolar estuvo vigente la educación familiar y la proveniente de la
convivencia, denominada pietas, que consistía en el respeto a los
deberes familiares, a Dios y a la Patria.
3.
La educación musulmana en España i
La tradición educativa hispano-musulmana
II
La educación musulmana fue y sigue
siendo fundamentalmente religiosa, en torno a la revelación del Islam. Durante
la dominación árabe en la España peninsular convivieron escuelas de tinte
variado: árabes, hispano-musulmanas, hebreas y mudéjares.
Hay
dos momentos claves en la configuración de la cultura hispano-árabe:
-
Hasta el inicio de la época
califal la cultura era importada; los árabes eran mucho más cultos que los
nativos y habían absorbido a cultura griega, fundando escuelas de traductores
del griego al árabe, y filósofos coma Avicena habían elevado el pensamiento
platónico y aristotélico a cotas muy elevadas; fue esta cultura la que vino con
ellos a la península Ibérica.
-
A partir del Califato de
Córdoba, la cultura árabe y la preislámica dieron lugar al surgimiento cultural
de Al-Andalus, apareciendo las escuelas hispano-musulmanas. El modelo de
escuela se encontraba en la mezquita, y es en esta etapa donde surgen sabios
hispano-árabes como Averroes, destacando la Academia de Humanidades de
Almanzora o la Escuela de Medicina de Medina Azahara.
Cuando el Califato se desmembra
surgen los reinos de Taifas, con lo que se rompe la tradición
hispano-musulmana, imponiéndose las escuelas árabes apoyadas de nuevo en la
cultura oriental.
La enseñanza tenía un carácter
privado y no existía normativa oficial que la regulase; si alguien deseaba
instruirse tenía que pagar a maestros particulares. Había dos tipos: formación
religiosa a cargo de las autoridades coránicas, y formación de corte civil.
La ESCUELA ELEMENTAL pasó de ser muy precaria en los comienzos de la dominación (los
alumnos pagaban por ella, y se situaba en tiendas o en casas particulares), a
tener como centro las mezquitas a partir del s XI.
A partir del s XII, las escuelas
empezaron a estar más o menos regularizadas; niños desde los 6 a los 13 años,
comenzando por el aprendizaje de la lectura, la escritura y la memorización
recitando los versículos del Corán. También nociones de cálculo y reglas de
operaciones. La mayoría de los hispano-musulmanes sabían leer y escribir, que
se aprendían simultáneamente.
Sólo los más capaces proseguían con
el estudio de Gramática, Literatura alcoránica o Retórica como
conocimientos imprescindibles para poder leer, interpretar y explicar la
revelación divina del Corán; estos estudios eran PROPEDÉUTICOS para la Teología, la cual era uno de los ESTUDIOS SUPERIORES, junto con el Derecho; en el Al-Andalus destacó la
escuela jurídica de Maliki, que tenía un criterio intransigente en la
interpretación del Corán (fanáticos).
Metodología: aprendizaje simultáneo de la lectura y la escritura, subordinado
al deber religioso de la lectura del Corán. Usaban tablillas de madera –sujetas
en las rodillas–, cálamo, tinta y agua para borrar.
La memoria y las técnicas nemotécnicas
eran imprescindibles para el aprendizaje del Corán. En cuanto al orden y la
disciplina, eran muy rigurosas y los castigos corporales eran práctica común y
consentidos por los padres; el Almotacen se encargaba de vigilar estos
métodos para evitar su aplicación extrema.
En los estudios teológicos, la Disputa era lo
más usual; consistía en la discusión de los dogmas, lo cual daba lugar a
diversas escuelas o interpretaciones de las verdades religiosas. No se trataban
temas de gran envergadura sino triviales o sutiles.
4. Pensamiento educativo de Quintiliano III
4. Pensamiento educativo de Quintiliano III
Quintiliano es uno de los iconos de la educación
romana, no sólo como maestro de hombres brillantes de su época, sino como autor
de numerosas obras.
Como principio
general, considera la formación del hombre como un todo inseparable formado
por Oratoria y Educación; la naturaleza del hombre (Natura) aporta aptitudes y capacidades, y la educación (Ars) las configura, las moldea, sin olvidar
el esfuerzo, el hábito y el aprendizaje del propio sujeto (Exercitatio) En definitiva, arte y naturaleza se complementan en
la educación en general y por supuesto en la del orador.
En cuanto a la
finalidad y objetivos de la doctrina de Quintiliano, el núcleo es la
Retórica. La meta de la educación es perfilar el ideal del orador perfecto:
debe ser un hombre de bien y honesto. Es decir, que el núcleo de la
educación para un orador ha de ser eminentemente moral.
Otro ideal buscado por Quintiliano para el orador es
que disponga de una cultura depurada y un sagrado sentido de lo justo, y
oportuno en cada circunstancia. Mantiene que debe saber hablar de todo, por lo
tanto su saber debe ser enciclopédico; a la hora de seleccionar el currículo
se inclina por aquellas áreas que tienen que ver con el perfil del orador
ideal. Así, en primer lugar, deberá poseer disciplinas de carácter enciclopédico:
Derecho, Historia, Filosofía, Música, Matemáticas y Astronomía. Posteriormente:
Gramática y Retórica, que tienen como objetivo cultivar el bien hablar. Y por último,
un conjunto de saberes tomados de la Filosofía, Religión e Historia cuyo
fin es formar al orador en la ética (bien
vivir y bien actuar)
Otra de sus preocupaciones es el concepto de
elocuencia, en concreto la Retórica; para él, la verdadera elocuencia
es una virtud, y no se puede alcanzar sólo por la forma y por la pura técnica.
Sólo tienen capacidad de persuasión verdadera los hombres sabios y buenos
porque lo que mejor convence es el ejemplo; la elocuencia es incompatible con
el vicio, y compañera inseparable de la sabiduría y la verdad.
En
definitiva, entiende un concepto integral de educación, globalidad que
incluye cuatro cualidades para el modelo perfecto de hombre y de orador
perfecto:
o Sabio (Bene sapere)
o Experto en el bien hablar (Bene
dicere)
o Ejemplo por sus virtudes y costumbres (Bene vivere)
o Especialista en la aplicación del derecho (Bene facere)
5. Continuidad de la humanitas romana en la España visigoda II
La invasión de los
bárbaros supuso el fin del Imperio Romano, pero no la desaparición de la
organización escolar. La necesidad de mantener el latín como lengua mantuvo la
enseñanza, tanto en escuelas eclesiásticas como palatinas.
En esta transición
de la escuela romana a la medieval, influyeron destacadas figuras que mantuvieron
y reelaboraron el currículo y procedimientos de la escuela romana, y que se
adoptaron en la escuela visigótica. Algunos fueron: Boecio, Donato, Prisciano,
Casiodoro, Beda... Más tarde, en el s VII, San Isidoro de Sevilla. Y en el s
VIII, las 7 artes liberales de Alcuino de York.
La mayor parte del saber se encierra en los
monasterios, básicamente en el ejercicio del Trivium (Gramática,
Retórica y Dialéctica), y no del Quadrivium (Aritmética, Geometría, Música y
Astronomía) ya que se consideraba que no ayudaban a la salvación del alma.
En esta etapa educativa destacan los concilios de
Toledo, que sentaron bases como la existencia de la enseñanza reglada.
Perfilaron los cánones y reglas de las escuelas y de los niveles de enseñanza,
impartidos principalmente por religiosos, aunque también había escuelas
palatinas.
Así, la enseñanza fue impulsada fundamentalmente a
través de la Iglesia más que del poder político visigótico, enfrascado en sus
luchas internas y, por lo general, menos culto que la población hispano-romana.
En los siglos VI y VII, hubo 3 clases de escuelas
- Episcopales
- Parroquiales o
prebisteriales
- Monacales
6.
Cultura Medieval y escuela monástica en
España
Las reglas monásticas de los
primeros monasterios, tras la reconquista cristiana a los árabes (s VII al XI),
obedecían a las Reglas de San Isidoro y San Fructuoso, con influencia de la
Regla benedictina. Fue en estos monasterios donde reside la cultura escrita y la enseñanza en los reinos
cristianos; es encomiable la labor de conservación, renovación e innovación de estos monjes sobre los textos
de la cultura clásica latina, griega, patrística e incluso sobre los textos
procedentes de la Hispania musulmana.
El Camino de Santiago fue un medio
crucial para la europeización de la cultura hispana ya que, a través de los
peregrinos, llegaron a España la cultura y el arte, además de las reformas
monacales benedictinas: clausura, recogimiento, fortalecimiento de los lazos
con el pontificado romano y un cierto desdén hacia la ciencia. Posteriormente,
la reforma monacal aún fue más austera.
En estas escuelas, los estudios se
centraban en el Trivium y el Quadrivium, añadiendo para estudios superiores la
Teología y el Derecho Canónico y Civil. Posteriormente, el papel cultural y de
enseñanza pasó a las ciudades a través de las escuelas catedralicias, bajo la
protección de los obispos, que serán el inicio de las futuras universidades.
7. La aportación pedagógica de Ramón Llul
En resumen, 3 son sus aportaciones metodológicas:
a) La utilización del símbolo
como modo de instruir, en el que la intuición, la creatividad en la percepción
de las cosas, la sensibilidad geométrica y la orientación espacial, la analogía
y la facultad combinatoria (inventiva) están presentes.
b) El carácter unitario y
polivalente del método que organiza todo el conocimiento mental -contenidos
enciclopédicos- en estructuras de relación.
c) El supuesto ideológico de identidad
del ser y del pensar en la que el símbolo es nexo real y proyectivo de
ambos órdenes.
8. Las escuelas palaciegas y de formación
del caballero
ORIGEN Y SIGNIFICADO DE ESTAS ESCUELAS.
Su origen fue, en primer lugar, pragmático, ya que el currículum
describirá con detalle las características que diferencian los distintos grados
del orden de caballería: paje, escudero y caballero; como segundo punto, su
origen está enraizado en un fundamento ético (caridad, lealtad, justicia,
verdad...)
Las escuelas se ubicaban en los palacios y castillos donde recibían
formación los futuros caballeros con los instrumentos imprescindibles:
caballos, armas y armaduras. Alfonso X “El Sabio”, en sus Partidas,
reguló la educación de los caballeros y, en general, toda la llevada a cabo en
palacio o con los nobles en los castillos.
OBJETIVOS Y FINALIDAD DE ESTA FORMACIÓN.
El objetivo fundamental es el militar, pero también otros más nobles, humanos y religiosos,
como reestablecer la lealtad, la justicia y la caridad.
En cuanto a las cualidades
de un caballero, se distinguen cualidades corporales –cabalgar,
hacer justas, usar la lanza, torneos, esgrima, caza... -, y espirituales
–justicia, solidaridad, caridad, lealtad, verdad, humildad y fortaleza.
En cuanto a la jerarquía
o grados por los que pasaban los alumnos: primero paje, que se ocupa de tareas domésticas; después escudero, que forma parte del séquito del
caballero, asistiéndole en las batallas y en los quehaceres cotidianos
(competían entre sí, sin intervenir en las luchas de armas con los caballeros)
ORGANIZACIÓN Y METODOLOGÍA.
Tanto Ramón Llull como Don Juan Manuel consideraban la enseñanza o
formación de la caballería como una escuela distinta a la de las letras y las
ciencias. El aprendizaje tiene que ver con las armas y el combate, pero no con los libros. La lectura se entiende
como ocio o entretenimiento. Aunque eran sensibles y nobles ante la injusticia,
no eran cultos.
El aprendizaje siempre va ligado a la práctica, en la que el maestro
adiestra al escudero de viva voz y utilizando el ejemplo como recurso, y con
armadura, espada, caballos... como material didáctico. Además de las lides del
torneo y la caballería, en palacio se insertaba como formación complementaria
danza, conversación, música, el juego, la esgrima...
Aunque el aprendizaje es
eminentemente práctico, no faltaba la disciplina y el rigor, imprescindible
para formar un caballero recio en combate; por ello justificaban el castigo y
basaban el sistema educacional de la caballería en una disciplina social,
tomando como ideal el servicio a los demás, la obediencia, el valor, el honor,
la cortesía y la galantería, además de estar muy ligada a la vida religiosa.
TEMA 2
- La enseñanza de las artes en el Humanismo español
- El objeto de la educación en el humanismo español III
- Las Universidades españolas renacentistas
- La pedagogía de Juan Luis Vives III
- La aportación pedagógica de Juan Huarte de San Juan
- Las escuelas de gramática en el renacimiento español III
- Influencia de Erasmo en la educación española I
RESPUESTAS
1. La enseñanza de las artes en el
Humanismo español
Eran saberes
que se entendían como de carácter común, instrumental y fundamentador de los
del nivel superior, sobre la base del humanismo italiano y, posteriormente,
de corte erasmista, pero siempre eclesial.
§
Currículo: Gramática, Retórica, Música, Matemáticas,
Lógica, Filosofía Natural-Metafísica y Filosofía Moral.
§
Duración: 4 años.
§
Tres grados:
bachiller, licenciado y doctor. Para alcanzarlos, los estudiantes debían pasar
pruebas con distintos niveles de exigencia para cada grado.
27 fueron el número de centros donde se podían
cursar estos primeros estudios, destacando en rango, nivel y prestigio las
universidades castellanas de Valladolid y Alcalá, Sevilla, Granada y Santiago.
La mayoría de ellos contaba con colegios que acogían a alumnado
diferente según su origen, estamento, orden religiosa..., llegando incluso a
controlar alguno de ellos la autonomía docente y económica de las universidades
a las que pertenecían.
Estos
colegios mayores fueron semillero de funcionarios, lo que atraería el interés
de familias nobles y de la creciente burguesía por su control.
Las fuentes más leídas: antiguo y nuevo
testamento, Aristóteles, varias gramáticas, los tratados de Euclides y los
comentarios de Tomás de Aquino.
2. El objeto de la educación en el
humanismo español III
La nueva concepción del hombre orienta un nuevo
proyecto educativo. Se centra
en un antropocentrismo que deriva en individualismo, subjetivismo,
intimismo, personalismo y criticismo.
El tronco de la formación está constituido por la
preparación intelectual, -en detrimento de la formación física
predominante en el caballero medieval-,
cuyo objetivo será alcanzar todos los saberes, a saber:
-
Tronco inicial: filosofía y lingüística (latín, griego, lenguas vernáculas, gramática, retórica, dialéctica,
elocuencia).
-
Se amplía con las ciencias positivas (anatomía, mecánica, matemáticas, astrología...),
con las ciencias prácticas (medicina, leyes), con las estéticas
(música, pintura, escultura, arquitectura, poesía), sin excluir las esotéricas
(astrología, cabalística, magia, nigromancia...), pero respetando el carácter culminante de las religiosas: teología y Biblia.
-
La tercera dimensión la más propiamente
humana, estará constituida por la moral,
y será orientada por los designios de la razón y, de manera especial, por los
principios revelados y por los dictados de la religión.
3. Las Universidades
españolas renacentistas
Niveles de la formación universitaria, grados y
especialidades:
La enseñanza universitaria estaba constituida por
el nivel inferior y común de las Artes (Gramática, Retórica, Música, Matemáticas,
Lógica, Filosofía Natural-Metafísica y Filosofía Moral), y por el nivel
superior o de especialidad de Teología, Derecho, Cánones y Medicina. Aunque
la Teología mantuvo su papel predominante en lo ideológico, las necesidades
profesionales aumentaron las demandas de los estudios de Derecho.
Todas compartían tres grados: bachiller, licenciado y doctor.
Dos fueron las universidades en torno a las que
giraron las demás: Salamanca y Alcalá de Henares.
4.
La pedagogía de Juan Luis Vives III
1. La educación debe partir del análisis de la
naturaleza individual y social del educando (del
hombre en definitiva), quien está formado por naturaleza vegetativa (animal) y
racional (humana); ésta última dispone de memoria, entendimiento y voluntad:
sentido, razón y amor.
2. Estas características constitutivas del hombre se
dan en cada uno en porciones diferentes lo que produce una diversidad de
talentos, capacidades o temperamentos. Invita
a la introspección (saber y saberse) como necesidad y principio psicológico
básico en el aprendizaje y en la conducta.
3. Destaca la dimensión política y social del
hombre, también de raíz cristiana. Su
concepto de participación democrática se cumple con la obediencia al orden
social justo –bien común de orden divino–, desde el principio de la solidaridad
como exigencia de la ley natural, tanto referido a los bienes materiales como a
los espirituales: virtud, ingenio, erudición, salud...
4. En su tratado De anima et vita desarrolla
una teoría sobre el alumno en la que desarrolla dos componentes
constitutivos del ingenio:
1º) genético: evolución psicofísica del
hombre (infancia, adolescencia, juventud...); 2º) diferencial: determina las
diferencias individuales en cuanto a la voluntad y al ingenio (intuición,
comprensión y valoración o juicio).
Sobre
ellos, Vives propone las recomendaciones metodológicas del proceso
sensible-imaginativo-pensamiento (de lo particular y simple, a lo universal y
compuesto), así como la necesidad de que el maestro conozca las peculiaridades
aptitudinales, vocacionales y profesionales de cada alumno para adaptar a ellas
el tipo, momento, ritmo y proceso de los
estudios. Y todo ello redundará en beneficio de la sociedad, que rentabilizará
los distintos estamentos sociales, así como el esfuerzo del profesor.
5.
Insiste en la importancia de cultivar la libertad y la voluntad del alumno a fin de que adquiera
la disciplina o cualidad del alma que le permita dirigir su propia vida guiado por el respeto, veneración y estima al
maestro por su saber y ejemplo, y con la firme confianza en Dios.
6.
Su ideal
de formación del humanista, de la educación para Vives, es el desarrollo de todas las facetas
constitutivas del ser del hombre que le preparen para la sabiduría, la vida y
para alcanzar su fin supremo y divino: saber y virtud + razón práctica y vital
+ relación esencial del hombre con Dios.
7. La formación completa debe: aunar ideales de la ética
socrática con los de la filosofía cristiana, desarrollar armónicamente las
partes integrantes del individuo (física, intelectual y moral), y asegurar su proyección individual y social
mediante la capacitación del “bien
saber, bien hablar, y bien obrar”.
8. Considera las disciplinas como
camino para llegar a la verdad y la sabiduría, de ahí que delimite y
clasifique todas y cada una de ellas (Gramática, Dialéctica y Retórica; Aritmética,
Geometría y sus derivadas –Astronomía, Música y perspectiva Óptica-; Derecho;
Filosofías –Física, Metafísica y Moral–; Historia; y además: formación estética
y profesional
(conocimiento de los oficios, agricultura, medicina...); como
culminación de todas las disciplinas, la Religión.
9. Criticó el deterioro moral del ambiente
estudiantil: soberbia, radicalismo,
ansias de sobresalir, pasividad, apatía e incompetencia de algunos
intelectuales y profesores, desconocimiento y confusión de los contenidos de
las ciencias...
10. Su concepción de la escuela -“taller de la
humanidad”-, subraya su carácter
público, aunque con diferencia de sexos y de niveles sociales.
11. Concibe una comunicación
educativa entre escuela, familia, Estado e Iglesia (Resaltar de nuevo aquí
su teoría acerca de las diferencias individuales, la relación docente-discente...)
12. Las cualidades y funciones del buen maestro son tomadas de Quintiliano, Cicerón, San Agustín y santo Tomás. Se dividen en 4: competencia científica,
capacitación didáctica (claridad, facilidad, medida, oportunidad e idoneidad),
integridad moral e implicación vocacional.
13. Aborda la educación femenina (educó a María, la hija de Catalina de Aragón) planteando que la mujer no es inferior al hombre, pero que su educación
ha de estar orientada a desempeñar de manera útil y virtuosa sus obligaciones
familiares, ‘sabiduría’ que queda exenta
de la instrucción de las ciencias que ocupan el rico currículo de los varones.
5. La aportación
pedagógica de Juan Huarte de San Juan
Representa la segunda mayor aportación
internacional del humanismo hispano (la primera,
Nebrija). Es unánime el reconocimiento de su protagonismo como precursor de
la psicología diferencial y de la orientación profesional, así como su
influencia en muchas otras ciencias.
Tiene
una única obra “Examen de los ingenios
para las ciencias”, donde muestra la
diferencia de habilidades que hay entre los hombres y el género de letras que a
cada uno responde en particular, en la
que parte de la tipología de los sujetos
que presentaba la medicina de su tiempo, pero un estudio racional de la experiencia le hace destacar la diversidad de
los ingenios y las consiguientes especialidades, ciclo y ritmos formativos que
cada uno debe seguir. Según Huarte, el
origen de las diferencias se inicia con la herencia, sumándose también la
influencia del clima y de la alimentación.
6. Las escuelas de
gramática en el renacimiento español III
Como paso
posterior a la enseñanza de las primeras letras (a cargo de maestros particulares),
las escuelas de Gramática, también llamadas “de latinidad” o de
“Humanidades”, constituían la preparación propedéutica para los estudios
propiamente universitarios.
Contribuyeron a aumentar el saber de las clases
medias y superiores, capacitando a sus alumnos para el desempeño de puestos de
la administración política y religiosa
Su currículo estaba constituido, fundamentalmente, por la Gramática latina, más tarde la castellana –la lengua vernácula–, y
se completaba con una iniciación a la Retórica, Poética, Historia Antigua y
Filosofía Moral, que preparaban para los estudios de las Artes.
La lengua vernácula se convirtió en
el medio de conocimiento de las letras, con mayor difusión entre el pueblo de
éstas que a través del latín.
Retórica: desde
un enfoque técnico, como puro instrumento de conocimiento, interpretación e
imitación de los textos latinos, a la vez que como medio para comunicar desde
el púlpito, la cátedra o textos oficiales. Pierde así la perspectiva clásica de
“la retórica como parte de la dignidad del buen orador”
Poética:
estuvo subordinada e incluida en la Retórica y Gramática, tomando como referentes
a los poetas latinos, con influencia
italiana.
Historia:
disciplina ubicada dentro de las humanidades, tiene ahora un enfoque más crítico,
interpretando y analizando aspectos sociales, políticos, económicos, morales...
Moral: desde
tiempos antiguos, la moral era el objetivo último de la formación; también en
la España tradicional y confesional del renacimiento, la moral cristiana ocupa
el centro de la dignidad del hombre. Por esto la Filosofía Moral era la ciencia
considerada sobresaliente entre los estudios de humanidades. Giraba en torno a
las 4 virtudes humanas esenciales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza)
más las 8 sociales (magnanimidad, mansedumbre, magnificencia, liberalidad,
eutrapelia –virtud que modera el exceso de las diversiones–, amistad, epiqueya (interpretación moderada y prudente de la ley, según las
circunstancias de tiempo, lugar y persona, y heroicidad); también tocaba
lo civil, lo político y lo religioso.
La enorme pluralidad de las escuelas marcaba
distinciones significativas de unas a otras.
La institución más propia de este nivel de
estudios, propedéutica para los universitarios, era la Escuela de Gramática
Latina; fueron muy numerosas –más de 4000–, y posibilitaron el acceso y ascenso cultural de parte del pueblo hacia
las universidades.
Otras instituciones relevantes fueron las Cátedras
de Teología, en las que se trataba de mejorar la formación religiosa del
pueblo y la relajación moral del clero.
7. Influencia de
Erasmo en la educación española I
El mensaje de Erasmo, junto con otros
representantes del humanismo español, era extender la educación al mayor número
posible de ciudadanos. Erasmo influyó en la educación española sobre todo en la
presentación de los libros de texto, redactados siguiendo muy de cerca sus
directrices. En España, los partidarios de la renovación intelectual y religiosa
se agrupan, entre 1522 y 1525, en torno a lo que podría llamarse el erasmismo español.
Su cuartel general se centra en la Universidad de Alcalá. Se imprimen toda una
serie de obras suyas en poco tiempo. Fue consejero del emperador Carlos desde
1516, donde contó con numerosos seguidores. Su fama se debió a su actitud
crítica frente a la curia romana, su programa cum elegantia litterarum pietatis christianae sinceritatem copulare, defendió
públicamente una reforma pacífica dentro de la Iglesia y su plan de estudios
estuvo centrado en el cultivo de los clásicos grecolatinos, padres de la
Iglesia y Nuevo Testamento.
TEMA 3
- . Las Ratio Statorium de los Jesuítas
- . Los problemas de la universidad española durante los siglos xvi y xvii
- . El pensamiento pedagógico de Baltasar Gracián II
- . Los tratados de Educación de Príncipes IIII
- . Educación hispanoamericana durante el barroco I
- . Peculiaridades del modelo educativo de las escuelas populares de los escolapios IIIII
RESPUESTAS
1.
Las Ratio Statorium de los Jesuítas
La Ratio Studiorum (del latín Plan de Estudios) o “Razón
de ser de los Estudios”, es una guía-manual de apoyo a
profesores y equipos directivos de los colegios. Señala las directrices de
la vida práctica en el colegio: gobierno general, formación y distribución de
profesores, horarios, programas y métodos de enseñanza.
El proyecto educativo de la compañía de Jesús se basaba en el reconocimiento experiencial y
el diálogo o comunicación educativa, que tenía como objetivo la
formación del hombre libre, cambiante y perfectible, integrando en su proceso
educativo lo religioso, lo moral, lo disciplinar y lo académico. Añadían una
rigurosa organización escolar y una estricta reglamentación metodológica,
pretendiendo unir la virtud con las letras, la vida con las ciencias y la
conducta con el saber.
La Ratio Studiorum (razón
de ser de los estudios) es la sistematización, ordenación y metodología de los
estudios en los Colegios y Universidades de la Compañía de Jesús.
Nace en el colegio de Mesina,
fundado en 1548 por el Padre Jerónimo Nadal;
los jesuitas, a fin de informar a los ciudadanos del lugar acerca de las
características del establecimiento que van a abrir, preparan un proyecto con
el programa educativo que pretenden llevar a cabo, que será a imagen y
semejanza del método y del sistema de la universidad de París:
-
clases regulares;
-
los alumnos adelantaban en sus estudios por
etapas superadas y objetivos establecidos;
- el
método: ejercicios de repeticiones, exámenes, discusiones, composiciones
escritas y orales...
Nadal dividió este documento – denominado Constituciones del
Colegio de Mesina- en dos partes:
§ una
trataba acerca de la piedad y buenas costumbres que debían identificar al
colegio
§
otra describía el programa académico.
Tras sucesivos trabajos de ajuste, se publicó la Ratio
Studiorum en 1599. Enfatiza el poder
de la educación como medio para la evangelización de los jóvenes y la búsqueda
de la salvación de las almas, por ello su planteamiento pedagógico pretende
hacer una conjunción entre ‘la virtud y las letras’, entre ‘la fe y la
ciencia’.
Se
organiza en dos etapas o períodos:
-
Los estudios inferiores: primer ciclo con una
duración de 5 años, compuestos por tres cursos de Gramática, un curso de
Humanidades y otro de Retórica, distribuidas las clases en dos semestres y con
los contenidos íntimamente ligados.
-
Los estudios superiores, divididos a su vez en
dos ciclos: un segundo ciclo dedicado a la Filosofía durante 3 años (el primero
a la Lógica y Matemáticas, el segundo a Física y Ética, y el tercero a
Metafísica, Psicología y Matemáticas superiores), y un tercer ciclo de 4 años dedicado a la
Teología para los estudiantes que quisieran hacerse sacerdotes. Cabe destacar
que los alumnos podían promocionar de curso antes de terminarlo de acuerdo a
sus capacidades.
En cuanto al método,
la Ratio Studiorum combinaba los niveles
religioso, humano e intelectual:
Su objetivo es la
eficacia del estudio, basada en un proceso de aprendizaje unitario,
jerarquizado y graduado. Esta eficacia se apoya en tres momentos: la Prelección, centrada en el profesor; la Repetición múltiple, centrada en el estudiante; y la Aplicación, en la que
se da una interacción entre profesor y estudiante a través del apoyo y la
orientación.
Los principios de la
Pedagogía Jesuítica son: unidad, integración, orden, ciclicidad,
gradación, actividad, interacción y expresión. Destacar la interacción
profesor-alumno y la atención especial.
2.
Los problemas de la universidad
española durante los siglos xvi y xvii
La universidad en el siglo XVI
se había convertido en una vía de promoción social para saltar las arcaicas
barreras elementales, posibilitando así la creación de una nobleza administrativa
formada por elementos de la burguesía y clases medias que accedían a cargos de
responsabilidad política, siendo ajenos a la nobleza.
Por otra parte, las órdenes religiosas comenzaron a interesarse por la
universidad como consecuencia de la necesidad
de formar un clero más instruido para la cruzada católica, bien fundando cátedras de Teología en las
universidades ya existentes o bien abriendo nuevos centros en otras ciudades.
La nobleza tardó muy poco en reaccionar contra las nuevas
instituciones educativas que desequilibraban y ponían en peligro su antiguo
privilegio de ubicar a sus acólitos en los altos cargos de la administración
real; puso en marcha una estrategia que consistía en conseguir el control de
las cátedras de los colegios mayores y presionar sobre la monarquía para
conseguir sus fines.
La universidad estaba sufriendo las consecuencias de los males que aquejaban a los estudios de
niveles inferiores, tales como irregularidades en la provisión de las cátedras,
catedráticos con bajo nivel de formación y metodología anticuada (dictar
sin explicar, falta de renovación de conocimientos, absentismo en clase...), mala gestión académica y administrativa...
Aunque se trató de buscar una solución a través del rey –como patrono y
maestreescuela de ellas–, no hubo voluntad política para atajar los abusos que
sufría la enseñanza ni las instituciones docentes.
En consecuencia, en 1665, García Medrano intenta llevar a cabo
una reforma en profundidad en la Universidad de Alcalá, modificando y
refundiendo la legislación que regía la institución desde 1510 para hacerla más
operativa y adaptarla a los nuevos tiempos. Aunque esto no fue la solución ya
que las universidades y colegios
hispanos seguían anclados en la vieja y tradicional enseñanza aristotélica; no
llegan a sus aulas las corrientes más innovadoras de las artes y filosofía que
florecían en las universidades barrocas europeas, en las que se oponían
ontología y abstracción especulativa a experimentalidad, observando, estudiando
y analizando la naturaleza; a la especulación escolástica enfrentaban la física
moderna, y a la dialéctica del silogismo la lógica matemática.
Económicamente la universidad vive en el siglo
XVII una situación de mayor inestabilidad, común a otras instituciones
señoriales, ya que gran parte de su financiación provenía de la situación
financiera de la recaudación real. La creación de universidades se paraliza y
la matrícula de universitarios decrece notablemente a lo largo de la centuria,
cuando España había tenido la tasa más alta de escolarización universitaria de
Europa.
3. El pensamiento pedagógico de Baltasar Gracián II
El gracianismo es una pedagogía
de impronta jesuítica, aunque enmarcada en el período barroco. Para Gracián,
el fin de la educación es encauzar
todas las energías del ser humano hacia la virtud a través de una formación
humanística, y forjar hombres eminentes que sobresalgan de la mediocridad
reinante.
El ser humano, según Gracián, es muy individualista y prescinde del
plano religioso. Para superar este problema propone el diálogo, con uno mismo y
con los demás.
Con Gracián se inicia un nuevo
planteamiento pedagógico en la educación: cualquier persona, sin importar su estamento o función social, puede
llegar a encarnar el héroe abstracto
que presenta el autor, y donde la voluntad, la energía y el esfuerzo son
factores de mayor importancia que la herencia o el estatus social.
Baltasar Gracián refleja en sus obras diversos modelos con las
cualidades esenciales del dirigente
ideal: Arte de Prudencia, Agudeza –en el hablar, en el pensar y en el hacer- y
Arte de Ingenio. En la trilogía compuesta por El héroe, El político y El discreto mantiene la línea
tradicional de obras de educación de príncipes.
Los rasgos definitorio del ideal educativo del
hombre perfecto para Gracián, que transmite en sus
obras, son: entendimiento, voluntad y buen gusto, razón política, genio e
ingenio y razón crítica ante el mundo.
Gracián hizo;
- de la religión la base para la defensa
de la política de soberanía.
- de la justicia una fuente de
construcción de política interna.
- de la fortaleza el principio de política
militar.
- de la prudencia la clave de la
explicación de la política exterior.
- de la templanza la política fiscal.
Los patrones de conducta que propone a lo largo de toda su obra,
modelan el ideal de “hombre completo contrarreformista”, que va desde el hombre
heroico, político, discreto, prudente, estético, crítico-filosófico hasta el
hombre religioso, porque el ‘arte de vivir’ se completa necesariamente con el
‘arte de morir’
4. Los tratados de Educación de
Príncipes IIII
La teoría política del Barroco español se desenvuelve alrededor del
rey. El género medieval de los “espejos
del príncipe” condensa las virtudes cristianas que debía tener el
gobernante unidas a la necesidad de dominar el arte político y la prudencia
cristiana.
Los tratadistas de esta literatura doctrinal buscan como objetivo, a
través de una metodología de suave persuasión y respetuoso aviso, ilustrar la
inteligencia y conformar la conducta del rey, príncipe o gobernante para que
cumpla sus tareas de gobierno de manera recta y equilibrada, donde el más
esencial de los componentes es el perfeccionamiento de la virtud, apoyada en la
doctrina teológica del poder vicario del rey como representante de Dios en la
tierra.
Desde un punto de vista contrario, Maquiavelo inicia la disociación entre la persona pública y privada del
príncipe, entre la virtud del hombre público, encaminada a la conservación y engrandecimiento
del Estado, y las virtudes morales del individuo.
La trascendencia de los tratados de educación de príncipes se debe a la clara intencionalidad pedagógica-política, dando fe
del cambio de concepción y mentalidad de la “razón de Estado” no sólo por su
contenido doctrinal sino también crítico y de trascendencia hacia la sociedad,
hacia el pueblo. Su objetivo es ilustrar la inteligencia y
conformar la conducta del rey, príncipe o gobernante para que cumpla sus tareas
de gobierno de manera recta y equilibrada.
Los representantes más destacados de este género literario y
pedagógico son Pedro Rivadeneyra, Juan de Mariana, Saavedra Fajardo y Baltasar
Gracián.
5.
Educación hispanoamericana durante el
barroco I
En el siglo XVII la educación elemental sigue
prácticamente en manos de sacerdotes, cuyo objetivo era la enseñanza de las
técnicas instrumentales básicas, siendo imprescindible la lectura y no tanto la
escritura y el cálculo.
A estas escuelas accedían todos
los niños, indígenas, criollos y españoles; los hijos de familias
acaudaladas se educaban en sus casas al poder permitirse el pago de un preceptor
particular, aunque en algunos de esos colegios y escuelas de primeras letras ya
empiezan a incluirse seglares como maestros.
Surgen también en las ciudades escuelas regentadas por maestros particulares llegados desde España,
que esperan una oportunidad mejor atendiendo a la incipiente demanda de
instrucción en la Ciudad de México y otras ciudades importantes de Nueva España.
Son importantes también en este
primer nivel educativo –al igual que en la península– las
escuelas de amiga, donde acudían los niños menores de 8 años, y las niñas
menores de 12 años; se enseñaba doctrina cristiana, en algunos casos se
iniciaba a la lectura, y a las niñas se les enseñaba labores de aguja. A las
maestras se les pedía las mismas características que en la península: buena
voluntad, buenas costumbres, pureza de sangre y religiosidad intachable.
Los chicos, al terminar esta escuela, ingresaban en una verdadera escuela donde aprendían lectura y
escritura, a contar, algo de cálculo y memorizaban el catecismo de Ripalda.
En el caso de las niñas se limitaba a la doctrina cristiana, leer, escribir y
labores esenciales para poder llevar una casa. Los indígenas y mestizos tenían
prohibido ejercer el magisterio, aunque hubo excepciones en pequeñas
comunidades rurales. Los maestros cobraban de acuerdo con la capacidad
económica de las familias de sus alumnos.
En 1601 se dictan en México las Ordenanzas del nobilísimo arte de leer
y escribir: a lo largo de 11 apartados se establecían
los requisitos que debían cumplir los maestros para ejercer la docencia en el
Nuevo Mundo y que debían ejecutar los Cabildos a partir de este momento.
Estuvieron en uso durante más de doscientos años.
La instrucción primaria mantiene su objetivo
religioso junto a la formación social y cívica, con el fin de evangelizar y
mantener la religiosidad de los colonizados,
quienes aún mantendrán residuos de sus religiones autóctonas; por eso era tan
importante la educación elemental. En algunos lugares se comienza la
preparación de los indios en oficios y artesanías.
El siglo XVII se considera un siglo de desarrollo de las universidades
de América; las universidades de México
y Lima –universidades reales o
Universidades Mayores–, gozan de un gran
prestigio, tanto que se comparan con las graduaciones de Salamanca y
Alcalá. Se mantienen las disciplinas clásicas. Habían sido creadas para los
criollos, pues se exigía la pureza de sangre para ingresar en ellas. De todos
modos, como los españoles llegaban ya titulados de la Península, resultaron
tener como función exclusiva la preparación de los criollos para acceder a la
burocracia administrativa indiana.
Las universidades religiosas o menores surgieron al amparo de algún
convento, y fueron jesuitas o dominicas; para su funcionamiento necesitaban el
doble placet del papa y el rey. Sus modelos eran Salamanca, Alcalá de Henares y Valladolid. Se
crearon en Chile, Argentina, una Real y
Pontificia en Guatemala, y varias menores en Bogotá, Quito, Cuzco..... Ambas
congregaciones fomentaron Colegios Mayores en los que se impartían enseñanzas
menores excluidas de la Universidad, y que funcionaron en régimen de internado.
Al comienzo, las universidades tuvieron sólo las facultades mayores de
Teología y menores de Artes o Filosofía -grados de bachiller, licenciado y
doctor-, pero luego se añadieron las de Cánones, Leyes o Derecho Civil y
Medicina. Las cátedras solían cubrirse por oposición y las graduaciones se
efectuaban con un complicado y festivo ceremonial similar al peninsular.
Las universidades indianas tuvieron los mismos defectos que las
españolas, pero aún en mayor medida: falta de dotaciones de cátedras,
profesorado poco competente, contadas bibliotecas, enseñanza memorística y
escasa preocupación por la actualización de los saberes. La universidad ejerció
en América el papel de integrador moral e intelectual, reforzando el sentido de
pertenencia al cuerpo social.
6.
Peculiaridades del modelo educativo de
las escuelas populares de los escolapios IIIII
Gratuita, graduada y estable, defendiendo el derecho del pobre a la
educación y ofreciendo una enseñanza primaria, media y profesional, no como
escuela asistencial de marginados sino como alternativa de promoción para la
clase menesterosa.
Se enseña a los
niños a leer y escribir, matemáticas,
gramática y retórica, caligrafía, música, latín, doctrina cristiana y una
rudimentaria formación profesional para que los muchachos pudieran acceder a un
empleo y ganarse la vida. A los más aventajados se les facilita el ingreso en
el Colegio Romano de los Jesuitas.
¨ Piedad y Letras ¨ era el lema de los
escolapios. Calasanz concibe la
educación de las clases menesterosas como una necesidad social, moral y
religiosa, obligación, justicia y
utilidad, abogando por un sistema educativo abierto.
Sus características esenciales
eran la seriedad y eficacia de la
enseñanza, y el carácter preventivo de la educación.
Las clases no se ordenaban por edades sino por
niveles de conocimiento, siendo muy flexible
la promoción escolar. Los contenidos y métodos estaban perfectamente
programados, así como sus libros de texto, obedeciendo a un plan general
para toda la Orden, aunque cada colegio podía hacer su propia adaptación según
sus circunstancias.
Los escolapios fueron la primera orden religiosa
en España dedicada a la enseñanza y
garantizaron la instrucción de varias generaciones de niños pobres. Los colegios se abrían en los municipios o pueblos en los que el
ayuntamiento se comprometía a garantizar el sustento de los religiosos a través
de la cesión de tierras o limosnas particulares, a cambio de que facilitaran
educación gratuita a los niños de las clases menesterosas.
TEMA 4
1. Las Reales Sociedades Económicas
de Amigos de País I
2. El Plan de estudios de Olavide
3. Las teorías educativas de
Jovellanos I
4. La educación popular de Campomanes
5. La crítica de la enseñanza
española de la época de Feijoo
6. Carácterísticas principales de la
ilustración española
7. La ilustración en América española
III
8. El programa renovador de Olavide
para la Universidad de Sevilla I
9. Jovellanos y la educación española
ilustrada y liberal
RESPUESTAS
1.
Las Reales Sociedades Económicas de
Amigos de País I
Las Sociedades
Económicas de Amigos del País (SEAP)
surgieron en España, Irlanda y a partir
de la segunda mitad del siglo XVIII,
en el marco de las ideas de la Ilustración.
Surgidas
en los círculos culturales como organismos no estatales, tenían como fin promover
el desarrollo de España, estudiando la situación económica de cada una de las
provincias y buscando soluciones a los problemas que hubiera. Las sociedades se
encargaban de impulsar la agricultura, el comercio y la industria, y de
traducir y publicar las obras extranjeras que apoyaban las ideas de la fisiocracia y
el liberalismo.
Contaban con licencia real para constituirse y reunirse, y en su fundación
intervinieron los sectores más dinámicos de la sociedad: importantes figuras de
la nobleza y numerosos cargos públicos, de la Iglesia, del mundo de los
negocios y los artesanos.
La
primera en constituirse fue la Sociedad Vascongada de Amigos del
País, fundada por el conde de Peñaflorida en 1765;
diez años después se constituye, a iniciativa de Campomanes,
la Real Sociedad Económica de Madrid. A
principios del siglo siguiente ya se habían constituido 63 sociedades en las
principales ciudades del país.
Campomanes
y otras personas percibieron que España tardaba en desarrollar su potencia
económica. Lamentaron la falta de industria y la baja productividad. Los pensadores
liberales y los llamados afrancesados (administradores
y pensadores influidos por el advenimiento de la dinastía de los Borbones,
y luego término despectivo de los partidarios de la ocupación de Napoleón de
España) buscaron difundir los avances y el pensamiento de la Ilustración.
Del
mismo modo, se formaron otras Sociedades de igual tipo en los
territorios coloniales de la América Hispana. En
estos lugares, la misión de fomentar la industria chocaba con los dictámenes
del mercantilismo, que enfatizó la primacía de la
industria de la metrópolis; las colonias habían de comprar los productos de
España. Además, en la cultura más conservadora de la América española, la
misión de propagar la Ilustración encontró un camino más difícil, y la censura
oficial.
2. El Plan de estudios de Olavide
Hizo grandes obras en el ámbito educativo
protegiendo la Biblioteca Pública, estableciendo la primera escuela dramática
del país y elaborando un completo Plan
de Estudios para la Universidad de Sevilla que sería referencia para otros muchos en España.
Elabora un informe que
presenta con su plan de estudios con el objetivo de reformar la Universidad de
Sevilla, contribuyendo así a la mejora y modernización de España, y luchando
contra las escuelas doctrinales y contra el escolástico como sistema estéril de
enseñanza e investigación.
Para ello aconseja la
separación de la Universidad del colegio de Santa María de Jesús, para formar
una clase dirigente con la mentalidad de la época y con profesores seculares;
el clero quedaría a cargo de la enseñanza de la teología.
Plantea un examen de
ingreso en la Universidad y la supresión de escuelas teológicas, la exclusión
del sistema escolástico y la utilización de máquinas de instrumentos para dar a
la enseñanza un carácter experimental; propone la explicación oral de textos
adecuados a las características de la modernidad ilustrada en lugar de la
lectura de apuntes y los cursos dictados.
La novedad más
destacada en lo que se refiere a nuevas materias es la inclusión de la
Geometría y la Política como instrumentos de reforma y adelanto; propone que las asignaturas
sean de carácter experimental y práctico –anatomía en Medicina, prácticas en
jurisprudencia–, convivencia de los estudiantes de Teología con seminaristas en
las facultades...
Pero el Plan contó con
el rechazo tanto de los colegiales como, y especialmente, de los religiosos
–con los dominicos y agustinos al frente–, a la par que la falta de decisión
del gobierno para extender el Plan a las demás universidades del reino. Habrá
que esperar a la segunda mitad del siglo XIX para que la idea de los estudios
secundarios de Olavide se implantara con la creación de los Institutos de
Segunda Enseñanza, y cuando la universidad
tradicional empieza a plantearse una reforma estructural de mayor alcance.
Olavide
entendía que el espíritu escolástico había causado un daño irreparable a todo
el sistema educativo, pero de manera especial a la Universidad; en su opinión,
para restaurar la verdadera ciencia en España, el gobierno tendría que acabar
con el sistema escolástico.
3. Las teorías educativas de
Jovellanos I
Recibe la influencia de Condorcet –autor cuya
influencia está presente en todas las normas educativas del siglo XIX y XX–. Su
optimismo pedagógico y naturalismo moral –despojado de todo utilitarismo y
adaptado al cristianismo–, de Locke y su concepción moderna, jansenista y
regalista, le obligará a tomar una postura inequívoca frente al monopolio
de los colegiales y de los eclesiásticos de los centros universitarios, así
como en contra del escolasticismo, como método único de enseñanza y
aprendizaje. Su influencia jansenista
se refiere al estilo de vida de esta corriente: la actitud moral basada en la
pobreza, la austeridad, la vida ascética y la separación de Iglesia y Estado.
Para Jovellanos, los términos “educación”
e “instrucción” son muy cercanos y están íntimamente encadenados; la
educación sucede al hecho de la instrucción, que viene a ser “el
perfeccionamiento del hombre a través de la ciencia y el conocimiento de la verdad”
(perfeccionamiento individual y social). Es decir, ‘instrucción’ = causa, y
‘educación’ = efecto.
Destaca dos temas de interés educativo: la instrucción pública y la reforma
universitaria. Hombre educado o instruido significa el perfeccionamiento
del hombre a través de la ciencia y el conocimiento de la verdad.
Entendía la instrucción
pública de la misma manera que los pedagogos revolucionarios franceses,
quienes postulaban la sustitución de los poderes eclesiásticos por los estatales
(gratuita y universal) con el objetivo del desarrollo cultural y económico y
modernización del país. Esta instrucción popular tendría como fin extender la
formación y la cultura entre la masa ignorante y cívica, inculcando a los
jóvenes las virtudes sociales y el respeto por lo público y sus deberes y
obligaciones en tanto que miembros de una comunidad.
Según Jovellanos “el
objeto general de toda instrucción se basaba en el conocimiento de Dios,
del Hombre y de la Naturaleza”
Divide las ciencias en
Ciencias metódicas (el arte de pensar y hablar, y el arte de calcular) y
Ciencias instructivas (la filosofía especulativa y la filosofía práctica).
En su obra plantea un
nuevo humanismo, y en su comportamiento personal tiene una actitud basada en el
amor a la patria y a lo público y un gran respeto a la realización individual,
basado en su pensamiento cristiano, utópico e ilustrado de su tiempo.
Hay que destacar
en el pensamiento de Jovellanos el concepto de “Perfectibilidad” entendida como la
posibilidad inherente del ser humano de progresar y perfeccionarse en el ámbito
de lo personal, y de lo social y económico; así quedan justificados los
conceptos ilustrados de educación,
felicidad y desarrollo económico nacional basados en la concepción del hombre
como ciudadano preocupado por el bien público y privado. Para conseguir tales
objetivos, para que se pongan en marcha los derechos y deberes de las personas,
propone el necesario cambio de mentalidad y la financiación pública adecuada.
La educación y la cultura de las diferentes
clases sociales va a adquirir una función esencial, por eso será imprescindible
desarrollar instituciones educativas de todo tipo, y modernizar y reformar las
existentes; de nuevo aparece le pensamiento ilustrado de la enseñanza al
servicio del desarrollo económico, como prosperidad social y económica,
adaptación a los nuevos tiempos, reforma y modernización para volver a ocupar
una postura de liderazgo europeo y mundial.
Jovellanos advierte que junto
al progreso material debe estar siempre el progreso moral individual y
colectivo, y de ahí su preocupación por la educación popular, la formación
de las mujeres y la reforma de la enseñanza en todos sus niveles. De ahí que si
la sociedad estamental del Antiguo Régimen y el sistema educativo y filosófico
tradicional se oponían a las reformas, era imprescindible eliminarlos, como se
propuso en las diversas de la Revolución Francesa, o transformarlos, como
defendía la versión española ilustrada, representada, entre otros, por
Jovellanos o Campomanes.
4. La educación popular de
Campomanes
Sus intereses intelectuales: derecho canónico,
comercio, economía política y agronomía.
En educación muestra especial interés por las reformas universitarias y la
educación popular, si bien la situación económica de la nación le obliga a
dedicarse especialmente a las labores y enseñanzas básicas, populares,
necesarias para facilitar el despegue económico. Lucha, junto con la minoría
ilustrada, contra el desinterés de la mayoría por regenerar la nación, por
establecer los cambios necesarios que demandaba el progreso del país; lo hizo impulsando las Reales Sociedades
Económicas de Amigos del País, que sirvieron de motor de la reforma, y
escribiendo sus Discursos, argumentos
en apoyo a las reformas sociales y económicas y ataques a las posiciones
conservadoras, con los que pretendió crear un clima de opinión y debate en el
país que acabara con el aislamiento de las ideas y los ministros reformistas.
Campomanes defiende la necesidad de formar a los
ciudadanos por razones evidentemente utilitarias, ya que le preocupaba mucho el
orden público y defendía la situación clasista de la sociedad. Por eso para él,
la educación debía servir
para inculcar ciertos valores sociales como el deber, el trabajo, la
obediencia, el respeto de las clases sociales tal como estaban establecidas, y
el acatamiento de la autoridad (valores utilitarios)
Para Campomanes, la educación popular tiene por
objeto el fomento de la industria popular, el desarrollo socio-económico del
país, y contribuir a la felicidad individual y colectiva.
5. La crítica de la enseñanza española de la
época de Feijoo
Por haber recibido su formación eclesiástica en centros
religiosos, hace la crítica más certera de la educación escolástica y plantea
desde ella su reforma, especialmente combatiendo el criterio de autoridad
impuesto, las sutilezas filosóficas frente a la utilización de la
experimentación y en la observación práctica y, en definitiva, abogando por la
puesta en práctica de la modernidad y el progreso que añoraba para España.
Feijoo
citaba como causas
generales de la decadencia de la enseñaza universitaria en España las
siguientes: rechazo de las novedosas ciencias útiles en las universidades españolas
y el temor a que la nueva filosofía perjudicaran a la religión, defectos
e ineficacia de la formación colegial, influencia perniciosa de la casta
colegial, decadencia general de la enseñanza universitaria, espíritu
universitario partidista y escolástico, ineficacia del sistema docente,
menosprecio del método experimental y abuso del memorismo y uso del latín,
indisciplina en las aulas, ineptitud y absentismo del profesorado, la enseñanza
privada ocupa el lugar de la Universidad, el clero regula buena parte de los
puestos de los profesores, etc.
6. Carácterísticas principales de la ilustración española
La
Ilustración española le concedió una especial relevancia a la educación y a la
pedagogía; es una época basada en la idea de cambio, fomento y transformación
llena de proyectos que, la mayoría de las veces, se quedaban en tal, sin
realizarse.
Es una época de optimismo y fe en las capacidades
de los seres humanos y en la posibilidad de desarrollar las
potencialidades de cada persona y del conjunto de la sociedad a través de la
educación popular y la educación de las minorías, ambas a un tiempo.
La
influencia del liberalismo y del pensamiento utilitarista y experimentalista
inglés fueron decisivas para fundamentar la nueva filosofía de las Luces que
pretendía, no siempre con éxito, sustituir a los contenidos y al método de la
escolástica y la filosofía aristotélica predominante defendidos por la Iglesia,
cuyo brazo más agresivo era la Inquisición. Este combate contra el atraso científico e ideológico no tenía ansias revolucionarias ni
destructoras, sino que tenían ánimos reformistas y modernistas tanto de ideas
como de instituciones y conductas -tanto individuales como colectivas-,
proponiendo cambiar métodos y contenidos, pero teniendo en cuenta el carácter
reutilizable de algunos aspectos tradicionales.
Primero los novatores y luego los ilustrados van
creando las bases de la educación ilustrada en los diversos niveles educativos;
todos ellos coinciden en la necesidad de poner la razón y la experimentación al
servicio del desarrollo social y económico de la nación española; sin embargo, estos objetivos –y no todos- no se lograrían hasta bien
entrado el s. XIX.
Las notas fundamentales del ideario de la
ilustración son:
RAZÓN, NATURALEZA, LIBERTAD Y PROGRESO. Además: paternalismo de gobierno,
filantropía, amor a la humanidad y al prójimo, devoción por la pedagogía y la
beneficencia, desarrollo de las ciencias experimentales y racionalismo filosófico.
· La razón:
creencia en su poder absoluto y la educación como encargada de dirigirla.
· Individualidad:
individualismo en la educación, aspirando a la libertad y suprimiendo todas las
trabas políticas y religiosas.
· Naturalismo: el
naturalismo pedagógico surge del reconocimiento de la naturaleza y de las leyes
naturales.
· Educación: una
nueva concepción de la educación gracias al nuevo espíritu social de ayuda y
cooperación.
· Secularización: menos
influencia eclesiástica y más influencia estatal.
La Ilustración
española tiene también estas características, aunque su implantación fue
más lenta que en otros países –Francia, Inglaterra o Alemania– y sin olvidar
que se encontró con más obstáculos; por ejemplo el control de la cultura,
la economía y la sociedad por parte de la
Inquisición y de los poderes conservadores, quienes ralentizaban –cuando no
impedían–.
7. La ilustración en América
española III
Las reformas ilustradas que se aplicaron en
América entre 1764 y 1787, son el
reflejo de una política sistemática cuya finalidad era alcanzar la máxima
extensión territorial y explotación
colonial, en definitiva, la modernización y el desarrollo más amplio que las
circunstancias permitían. Pero no hay unanimidad en la valoración de si se
consiguió o no este objetivo.
En realidad, las reformas más importantes de
carácter estructural fueron de carácter defensivo y reactivo ante iniciativas
extranjeras y se llevaron a cabo porque los españoles pronto fueron conscientes
de que disponían en América de más población y recursos de todo tipo que en la
Península; pero también influyó de manera decisiva el peligro de agresión
militar de otras potencias europeas, especialmente los británicos, y la
agresividad económica francesa.
Las
reformas ilustradas en Indias siempre estuvieron limitadas por tres factores:
· La agresividad de potencias extranjeras que
llevarían a España a aliarse con los franceses para estar en condiciones de
hacer frente a Inglaterra.
· El poder político y económico de las oligarquías
criollas en América.
· La propia estructura socio-política de los Reinos
peninsulares.
Estos factores explican los resultados y
consecuencias de las reformas emprendidas porque, finalmente, España consiguió
crear las defensas de sus dominios americanos y evitó su desintegración, pero a
costa de enormes dificultades financieras que impedían llevar a la práctica
reformas en otros ámbitos prioritarios –cultura, educación y obras públicas– y
que llevarían a la bancarrota del Estado.
En la España americana, el reformismo y el
movimiento ilustrado se dan de manera simultánea; fue más abierta y universal
que la peninsular, ya que la Inquisición fue más benévola.
La ilustración Indiana recibió la influencia ilustrada española de una
forma que se ha denominado “refracción de ideas” (llegan unos pocos rayos de
refracción de la inmensa luz que baña las regiones privilegiadas), refracción
producida por acomodación de las ideas venidas de España a una realidad
natural, social, económica y cultural distinta a la de España. Por tanto, no se
puede hablar de mimetismo ni de igualdad absoluta: las diferencias son nítidas.
La originalidad de la ilustración americana es debida al denominado criollismo intelectual,
que busca su propia identidad en las
nuevas ideas provenientes de España, pero también de las provenientes de
Francia e Inglaterra, y en su cosmopolitismo basado en la lectura directa de
las lenguas cultas y el gusto por los viajes a Europa, diferenciándose así de
lo exclusivamente hispano; la entrada y difusión de los libros ilustrados fue
mayor que en España debido al contrabando existente y a que la Inquisición era
más permisiva. Hubo un número mucho mayor de ilustrados tanto en la política
como en la vida cultural y educativa: virreyes, obispos y escritores.
8. El programa renovador de Olavide
para la Universidad de Sevilla I
Elabora un completo Plan de Estudios para la Universidad de Sevilla que sería referencia para otros muchos en
España. Lo presenta con el
objetivo de reformar la Universidad de Sevilla, contribuyendo así a la mejora y
modernización de España, y luchando contra las escuelas doctrinales y contra el
escolástico como sistema estéril de enseñanza e investigación.
Para ello aconseja la
separación de la Universidad del colegio de Santa María de Jesús, para formar
una clase dirigente con la mentalidad de la época y con profesores seculares;
el clero quedaría a cargo de la enseñanza de la teología.
Plantea un examen de
ingreso en la Universidad y la supresión de escuelas teológicas, la exclusión
del sistema escolástico y la utilización de máquinas de instrumentos para dar a
la enseñanza un carácter experimental; propone la explicación oral de textos
adecuados a las características de la modernidad ilustrada en lugar de la
lectura de apuntes y los cursos dictados.
La novedad más destacada
en lo que se refiere a nuevas materias es la inclusión de la Geometría y la
Política como instrumentos de reforma y adelanto; propone que las asignaturas sean de
carácter experimental y práctico –anatomía en Medicina, prácticas en
jurisprudencia, convivencia de los estudiantes de Teología con seminaristas en
las facultades... –-
Pero el Plan contó con
el rechazo tanto de los colegiales como, y especialmente, de los religiosos
–con los dominicos y agustinos al frente-– a la par que la falta de decisión del
gobierno para extender el Plan a las demás universidades del reino. Habrá que
esperar a la segunda mitad del siglo XIX para que la idea de los estudios
secundarios de Olavide se implantara con la creación de los Institutos de
Segunda Enseñanza, y cuando la universidad
tradicional empieza a plantearse una reforma estructural de mayor alcance.
Olavide
entendía que el espíritu escolástico había causado un daño irreparable a todo
el sistema educativo, pero de manera especial a la Universidad; en su opinión,
para restaurar la verdadera ciencia en España, el gobierno tendría que acabar
con el sistema escolástico.
9. Jovellanos y la educación española ilustrada y liberal
Para Jovellanos, los términos “educación” e “instrucción” son muy
cercanos y están íntimamente encadenados; la educación sucede al hecho de la
instrucción, que viene a ser “el perfeccionamiento del hombre a través de la
ciencia y el conocimiento de la verdad” (perfeccionamiento individual y
social). Es decir, ‘instrucción’ = causa, y ‘educación’ = efecto.
Destaca dos temas de interés educativo: la instrucción pública y la reforma universitaria.
Hombre educado o instruido significa el perfeccionamiento del hombre a través
de la ciencia y el conocimiento de la verdad.
Entendía la instrucción
pública de la misma manera que los pedagogos revolucionarios franceses,
quienes postulaban la sustitución de los poderes eclesiásticos por los estatales
(gratuita y universal) con el objetivo del desarrollo cultural y económico y
modernización del país. Esta instrucción popular tendría como fin extender la
formación y la cultura entre la masa ignorante y cívica, inculcando a los
jóvenes las virtudes sociales y el respeto por lo público y sus deberes y
obligaciones en tanto que miembros de una comunidad.
Pero para los
ilustrados lo prioritario era la reforma de las universidades; Jovellanos toma
una postura inequívoca frente al monopolio de los colegiales y de los
eclesiásticos, así como en contra del escolasticismo como método de enseñanza y
de la utilización de textos que fomentaban las viejas doctrinas e impedían la
entrada de nuevas ideas (ciencias exactas, experimentales, economía...)
Según Jovellanos “el
objeto general de toda instrucción se basaba en el conocimiento de Dios,
del Hombre y de la Naturaleza”
Divide las ciencias en
Ciencias metódicas (el arte de pensar y hablar, y el arte de calcular) y
Ciencias instructivas (la filosofía especulativa y la filosofía práctica).
En su obra plantea un
nuevo humanismo, y en su comportamiento personal tiene una actitud basada en el
amor a la patria y a lo público y un gran respeto a la realización individual,
basado en su pensamiento cristiano, utópico e ilustrado de su tiempo.
Hay que destacar
en el pensamiento de Jovellanos el concepto de “Perfectibilidad” entendida como la
posibilidad inherente del ser humano de progresar y perfeccionarse en el ámbito
de lo personal, y de lo social y económico; así quedan justificados los
conceptos ilustrados de educación,
felicidad y desarrollo económico nacional basados en la concepción del hombre
como ciudadano preocupado por el bien público y privado. Para conseguir tales
objetivos, para que se pongan en marcha los derechos y deberes de las personas,
propone el necesario cambio de mentalidad y la financiación pública adecuada.
La educación y la cultura de las diferentes
clases sociales va a adquirir una función esencial, por eso será imprescindible
desarrollar instituciones educativas de todo tipo, y modernizar y reformar las
existentes; de nuevo aparece le pensamiento ilustrado de la enseñanza al
servicio del desarrollo económico, como prosperidad social y económica,
adaptación a los nuevos tiempos, reforma y modernización para volver a ocupar
una postura de liderazgo europeo y mundial.
Jovellanos advierte que junto al progreso
material debe estar siempre el progreso moral individual y colectivo, y de ahí
su preocupación por la educación popular, la formación de las mujeres y la
reforma de la enseñanza en todos sus niveles. De ahí que si la sociedad
estamental del Antiguo Régimen y el sistema educativo y filosófico tradicional
se oponían a las reformas, era imprescindible eliminarlos, como se propuso en
las diversas de la Revolución Francesa, o transformarlos, como defendía la
versión española ilustrada, representada, entre otros, por Jovellanos o
Campomanes.
TEMA 5
1. Instituciones docentes en la
españa del siglo de oro I
2. La reforma universitaria de Mayans
y Siscar
3. La reforma universitaria del siglo
XVIII
4. El maestro español tradicional del
Antiguo Régimen
RESPUESTAS
1. Instituciones docentes en la
españa del siglo de oro I
Escuelas
de las primeras letras:
Currículo: Lectura, Escritura, Cálculo y Doctrina
Cristiana. Aprendizaje de la lectura:
la lectura se realizaba en voz alta.
En 1778 se creó a Escuela de la Real
Comitiva, bajo la protección de la Corona, destinada a los hijos de los
criados que acompañaban al Rey en sus visitas por los Reales Sitios (San
Ildefonso, Valsaín...), donde debían seguir el mismo método. Así empezó la
difusión de un nuevo concepto metodológico.
Enseñanzas no
universitarias:
Enseñanzas medias: además
de preparar para acceder a la enseñanza universitaria, su finalidad era la de
formar cuadros intermedios cualificados para las más diversas profesiones que
eran imprescindibles para facilitar el desarrollo económico que se pretendía
alcanzar, dentro de las perspectivas ilustradas, de creación de riqueza y
modernización de España.
Escuelas de gramática: se debatían entre el uso del latín o el castellano. Finalmente Carlos
III decidió que fuera obligatorio el predominio de la lengua castellana. A lo
largo del siglo XVIII las escuelas municipales de gramática van adquiriendo
mayor protagonismo por el desarrollo urbano y el crecimiento económico que se
produce, y son más controladas por el Estado. Las escuelas de gramática de los seminarios conciliares
(base de toda formación cultural y eclesiástica, que luego se podía completar
con los estudios superiores controlados por las órdenes religiosas o en las
universidades existentes) seguían bajo control eclesiástico.
Se crea la Academia
Latina Matritense, a imitación de la
Hermandad de San Casiano en la enseñanza de las primeras letras, para la profesionalización del grupo de profesores de los estudios
clásicos -ya que estaban mal preparados y eran anárquicos en sus métodos-, para
la mejora de su imagen social y una mejor preparación intelectual. Se logró un
aumento de alumnos de las escuelas de gramática seglares, y se notó un descenso
del número de alumnos en los centros de la Iglesia. La renovación de los
métodos se quedó en el siglo XVIII en proyectos y planes reformistas.
Los
colegios de jesuitas y escolapios: Jesuitas y Escolapios- mantienen la rivalidad por el control de los estudios humanísticos.
Los colegios jesuitas se dedicaban a la formación de las clases acomodadas
(burguesía urbana) Los escolapios, a la educación popular, aunque lograron
acercarse a la enseñanza de las clases acomodadas gracias a la expulsión de los jesuitas y la protección
de Carlos III. Destaca su creación del Colegio San Fernando en Madrid.
La formación del clero a través de los
seminarios españoles del siglo XVIII no tenía un sistema único de sistema
educativo: los estudios teológicos se hacían en las universidades, mientras que
los seminarios clericales eran escuelas de la latinidad y educación moral; Los alumnos ricos residían en los
colegios universitarios y aspiraban a la de prebendas, canonjías y obispados,
mientras que los alumnos pobres sólo podían aspirar a curatos
rurales. Para recibir las órdenes sacerdotales no era necesario estudiar en un
seminario y bastaba con entender el latín, conocer el catecismo y saber
administrar los sacramentos y algo de oratoria.
Otras
instituciones de enseñanza secundaria:
v Los Reales Estudios de San Isidro (1770):
sustituye a los Reales Estudios del Colegio Imperial que fueron cerrados al ser
expulsados los jesuitas en 1767. Se pretendió sustituir el modelo jesuítico por
otro ilustrado, caracterizado por un plan de estudios que recogía todos los
contenidos y las metodologías propias de las humanidades, la filosofía, la
ciencia moderna, tanto matemáticas como físicas, y el derecho.
v El Real Seminario de Nobles (1770): después de
haber sido clausurado tras la expulsión de los jesuitas, abrió de nuevo con
altibajos en su permanencia. Un nuevo impulso se produjo en 1785 con la
aplicación de un plan de estudios moderno que permitía a sus alumnos pasar
directamente a la Universidad, tras superar tales estudios medios. En el
currículum de esta institución se encontraban todas las materias para formar un
noble de la época con una perspectiva moderna: Humanidades, Filosofía, Ciencias
modernas (Física y Matemáticas), Lenguas modernas (francés e inglés),
aprendizaje de usos sociales (bailes, música, equitación y esgrima), y otras
disciplinas complementarias.
v El Real Seminario de Vergara (luego denominado Real Seminario Patriótico Bascongado)
se diferenciaba del colegio de Nobles por su carácter
técnico-científico y económico de sus enseñanzas.
v El Real Instituto Asturiano:
obra de Jovellanos, que se convierte en un referente nacional de enseñanzas
científicas y técnicas, combinando los estudios experimentales y aplicados, con
los de las Humanidades, surgiendo así “el curso de Humanidades”, que incluía
nociones de Gramática general y castellana, lecciones de Retórica y Poética,
Declamación, Análisis de Discurso y rudimentos de Gramática francesa e inglesa.
v El Real Instituto Militar Pestalozziano:
abre en 1806 y cierra en 1808. Su finalidad era formar a la juventud en la
carrera militar, al tiempo que servía de escuela normal para formar a futuros
profesores que practicaran en sus escuelas el nuevo método basado en la
pedagogía de Pestalozzi. Se distinguía de otras instituciones del mismo nivel
en que combinaba un currículo humanístico y científico con una formación moral
y religiosa.
v La Enseñanza profesional especializada
(segunda mitad siglo XVIII) se va consolidando al margen de la
organización gremial, de quien hasta ese momento dependía. El ejército y la
marina de guerra contribuyeron también a la formación profesional de estos
estudios. También se crearon dos escuelas de cirugía en Madrid y Barcelona.
2. La reforma universitaria de
Mayans y Siscar
Aunque se
considera que la Carta dedicatoria de
Mayans en su obra Cartas morales,
militares, civiles y literarias, de 1734, fue el primer programa
sistemático de reformas presentado por los ilustrados, su Idea del nuevo método que se puede practicar en la enseñanza de las
Universidades de España, de 1767, pasa a ser el plan de estudios para la
reforma universitaria ilustrada española. El plan se inicia con la exposición
de los principios de verdad, de libertad doctrinal y de autoridad en la
enseñanza a través de los que Mayans confirma su ortodoxia y su vinculación con
la tradición.
Sus máximos
aportes están en la propuesta de uniformizar los estudios en todas las
Universidades, centralizar y secularizar los centros universitarios en detrimento
del tradicional poder eclesiástico, potenciar la formación de los profesores,
adaptar el método escolástico a una manera de enseñar renovadora en castellano
y basada en los principios de actividad e interés y poner en marcha un proceso
de evaluación pública y con rigor.
3. La reforma universitaria del
siglo XVIII
La reforma de las universidades en la etapa
Carolina se
llevó a cabo entre 1760 y 1780.
Se pretende una reforma amplia de la Universidad y de los Colegios Mayores
basándose en una serie de proyectos ilustrados que consoliden una universidad
pública, secularizada, centralizada y uniformizada –mismos estudios en todas
las universidades, controlados por el Estado-, con métodos y contenidos
innovadores, potenciando la formación los profesores, adaptando el método
escolástico a una manera de enseñar renovadora y en castellano y basada en los
principios de activad e interés, así como un proceso de evaluación público y
con rigor. El primer plan de estudios fue propuesto por Mayans. Otros planes
fueron:
· El
Plan de Estudios de Olavide para la Universidad de Sevilla:
más moderno y secularizante que el propuesto por Mayans, ataca directamente al
método escolástico y las enseñanzas tradicionales de las escuelas
eclesiásticas, proponiendo la enseñanza de las ciencias útiles y experimentales
junto a lo mejor de las enseñanzas tradicionales de las facultades. Los
profesores debían ser seglares y los títulos profesionales sólo serán válidos
si son otorgados por las Universidades. También planteaba la autonomía de la
Universidad de los Colegios Mayores y de los poderes eclesiásticos, lo que le
valió la total oposición de estos sectores, aún muy poderosos.
· El
Plan General de Estudios para la Universidad de Salamanca:
esta Universidad era el símbolo de la educación superior para todo el reino a
pesar de la decadencia que sufría desde 1600; Por tanto, su reforma significaba
la influencia en el resto de universidades españolas e hispanoamericanas. Este
plan buscaba una transacción entre lo moderno y lo tradicional, cambiando
aspectos fundamentales de método de enseñanza y de contenidos para la
renovación universitaria, pero sin plantear una transformación profunda de
contenidos, basados en las facultades clásicas, pero incluyendo algunos toques
de modernidad. A destacar en este plan los controles para evitar el absentismo
de profesores y alumnos, conseguir puntualidad y elevar la calidad de la
enseñanza – que no se basaría en el dictado, sino en la explicación del
manual-.
· El
Plan de Estudios para la Universidad de Valencia (1786):
se considera el más elaborado de los planes reformistas. Uniformar la enseñanza
y elevar su calidad científica eran los dos objetivos del plan de Fray Vicente
Blasco, dentro de la política regalista
centralista. Como los planes anteriores, intenta encontrar un punto medio
entre las novedades más radicales planteadas por los movimientos
revolucionarios europeos y la tradición española en cuanto a los contenidos y
al método de estudio. Buscaba la mejora cualitativa de la enseñanza
universitaria evitando el método escolástico y el dictado de las lecciones, con
un especial cuidado en la elección de los profesores conforme a criterios pedagógicos
y científicos.
· La
reforma de los Colegios Mayores: Bayer, antiguo
manteísta, es el autor de la iniciativa de la reforma de los Colegios Mayores,
obstáculo principal para modernización de las universidades del reino.
Buscaba regular la vida cotidiana y el
gobierno de los Colegios Mayores sometiéndolos al poder de las Universidades.
En 1771 parece consolidarse la reforma y se organiza el acceso de los colegiales
mediante oposición pública y decisión real. Pero las reformas planteadas no
pudieron corregir los abusos de los nuevos colegiales que hicieron que
desaparecieran esas instituciones en 1798 (Carlos IV).
La realidad de la enseñanza primaria española en el
siglo XVIII era una escolarización del 23% en niños de 6 a 13 años, de los
cuales el 36% eran niños frente al 10% de niñas. En la segunda mitad del siglo
XVIII hay una mayor escolarización y alfabetización y un mayor interés por el
aprendizaje, la lectura y escritura.
4. El maestro español tradicional
del Antiguo Régimen
Dos tipos de maestros: tradicionales (dependientes
de la concepción gremial imperante) y escolapios. Los maestros modernos propios
de la Ilustración llegaron en el último tercio del siglo XVIII; pretendían
superar al maestro tradicional y también al religioso.
El maestro tradicional
–correspondiente al Antiguo Régimen- no tenía formación específica y estaba
ligado a la Hermandad de San Casiano (al
gremio de la enseñanza) Para ser maestro se debía ser cristiano, no tener
mezcla de sangre de moro, turco o judío, buenas costumbres y no haber sufrido
pena de infamia ni ejercido oficios mecánicos. Es a partir de 1743 cuando se
clasifica a los maestros en tres grupos, con distintos exámenes para los que
fueran a ejercer en Madrid, en poblaciones grandes, o en aldeas y villas:
examen de lectura, escritura, aritmética y doctrina cristiana.
El maestro tradicional no recibía una formación teórica y sistemática
de su profesión, sino que sólo realizaba el aprendizaje gremial previo a su
colocación. Muchos maestros no salieron de la escuela desde que entraron en
ella, a los seis años, hasta que sustituían a su titular por fallecimiento o
bien el gremio les admitía como titulares en otra plaza. Estos maestros urbanos estaban controlados por su propio gremio o por las
autoridades locales y siempre inspeccionados por los representantes de la
Iglesia; eran, ante todo, calígrafos que estaban en condiciones de repetir
perfectamente textos escritos, pero que tenían escasos conocimientos
gramaticales y ortográficos. Tenían sueldo escaso, por lo que recurrían al
desempeño de otros empleos; esta situación era más acusada para los maestros
rurales, que recibían su escaso sueldo con demora de meses o años; su lucha
constante era conseguir que fuera el Estado, y no los Ayuntamientos los que se
encargaran de pagar sus sueldos.
La
situación de las pocas maestras
heredadas del Antiguo Régimen era aún más penosa: no sabían leer y escribir ya que no habían
ido a la escuela de pequeñas. Se esperaba que fueran modelos de mujeres
cristianas, buenas amas de casa y esposas, como ejemplo para esas alumnas; pero
a cambio su sueldo era aún menor que el de sus colegas varones.
TEMA
6
1. El Reglamento General de Instrucción
Pública de 1821
2. El Plan Pidal de 1845
3. Principios generales del Informe
Quintana IIII
4. La educación en la Constitución de
1812 (II)
RESPUESTAS
1.
El Reglamento General de Instrucción
Pública de 1821
La labor educativa iniciada en las cortes de Cádiz en 1812 y por el
Informe de Quintana en 1813 marcaron el rumbo educativo en Las Cortes de 1820,
y de nuevo se propone establecer un plan general de instrucción pública.
En 1821 fue aprobado el Reglamento General de Instrucción Pública, que constituye el primer ensayo de ordenación del sistema educativo liberal
en España y testimonio del ideario pedagógico del constitucionalismo de las
Cortes de Cádiz -concretado en el Informe de Quintana-.
El título primero estaba
dedicado a las bases generales de la enseñanza pública; Destacaba que toda
enseñanza costeada por el Estado sería pública, uniforme y gratuita. Mientras,
la enseñanza privada sería libre y sometida a ciertos controles por el Estado.
La enseñanza se clasificaba en Primera, Segunda y Tercera enseñanza,
según rezaba en el artículo 25 de la Constitución.
La Primera enseñanza es la
enseñanza general e indispensable que se debía dar a la infancia. Se impartía
en las escuelas públicas y tenía como objetivo el aprendizaje de la lectura y
escritura, las reglas elementales de la aritmética y el catecismo, una buena
moral, y los derechos y deberes civiles. Podía ampliarse con los conocimientos
necesarios para las artes y oficios (aritmética, dibujo...)
Todo el mundo debía de recibir esta educación aunque fuera en un
pueblo de pocos habitantes. A los maestros de estas escuelas públicas se les
exigía un examen, pero a los de la escuela privada no –aunque esta enseñanza
estaba vigilada por el Estado-. En las provincias eran las diputaciones las que
fijaban el sueldo de los maestros, y en los municipios los ayuntamientos.
La Segunda enseñanza tenía
como objetivo impartir los conocimientos generales de cualquier estado
civilizado, además de preparar para estudios superiores. Se impartían en los
centros llamados Universidades de provincia, donde se establecieron
asignaturas como: gramática castellana y lengua latina, geografía y cronología,
literatura e historia, matemáticas, física, química, agricultura, botánica,
zoología, economía política, educación moral, derecho público, constitución...,
todo ello impartido y con textos en lengua castellana.
En las Universidades de provincia también debía existir una biblioteca
pública y una escuela de dibujo, un laboratorio de química, un gabinete de
física, otro de historia natural, un terreno de prácticas de agricultura...
La Tercera enseñanza tenía
como objetivo la preparación para el ejercicio de alguna profesión particular.
Las clases se impartían en escuelas especiales.
Todas las enseñanzas debían impartirse en lengua castellana excepto la
teología, el derecho canónico y el derecho civil romano que se impartía en
latín. Se establecían las condiciones que debía reunir el alumno para poder
matricularse en las distintas enseñanzas.
Las escuelas especiales se encargaban de impartir las enseñanzas de
medicina, cirugía y farmacia, veterinaria, minería, astronomía y navegación,
lengua arábiga...
La Dirección General de Estudios, que asumió las competencias de la Comisión de Instrucción Pública,
era la que se encargaba de la inspección de toda enseñanza pública y sus
obligaciones eran:
-
velar por la enseñanza pública y el cumplimiento
de los reglamentos establecidos.
-
recibir las solicitudes, propuestas y
reclamaciones posibles.
-
realizar los informes y elevarlos al gobierno.
-
elaborar los planes y reglamentos para la
instrucción pública.
-
promover la mejora de los métodos de enseñanza.
También se habla en la Constitución de la enseñanza para mujeres. Se
establecían escuelas públicas de niñas a las que se debía enseñar a leer, escribir
y contar y, a las adultas labores y habilidades propias del sexo.
Y por último fue establecida la Universidad Central -ubicada en
la capital del Reino-, cuya finalidad era la libertad, la prosperidad y el
progreso, y el orden moral y social de la nación. El plan de estudios se
organizaba en tres grados:
*El primero -Segunda Enseñanza- y el segundo –Tercera
Enseñanza-, contenían las mismas asignaturas que las enseñanzas del
plan de instrucción pública.
*El siguiente paso era una Ampliación de las enseñanzas, que
contenía asignaturas como: el cálculo diferencial e integral, astronomía,
gramática general, literatura española, literatura antigua, historia de España,
derecho político y público de Europa.
La Constitución y el Reglamento
General de Estudios posibilitan el establecimiento de toda clase de estudios y
profesiones en la enseñanza privada.
2. El Plan Pidal de 1845
Tuvo como precedentes legislativos el Plan
Literario de Estudios y el arreglo general de las Universidades del Reino de
1824 de Calomarde, el Plan General de Instrucción Pública de Rivas (1824), el
Proyecto de Ley sobre Instrucción Secundaria y Superior de Someruelos (1838), y
el Proyecto de Ley de 1841 sobre la organización de la Enseñanza Intermedia y
Superior, de Infante.
Se daba mayor importancia a la Instrucción Pública, la instrucción
primaria y las escuelas normales, y el establecimiento de los institutos.
Importancia a la enseñanza superior de acuerdo con las necesidades
sociales, y medidas en la organización y distribución de los fondos necesarios
para llevar a cabo las reformas.
Los principios del plan eran:
- la secularización
de la enseñanza: instrucción separada de manos del clero y puesta a disposición
de los agentes sociales.
- la generalidad
de la enseñanza implicaba totalidad y universalidad. La enseñanza era una
necesidad moderna para todas las clases sociales –nobleza y clases
altas, la clase media y el pueblo-. La libertad de enseñanza era la que
dimanaba del diálogo entre la familia y el Estado –visto como un fenómeno más
de la libertad civil y política de un pueblo–, como representantes de la
sociedad.
- la gratuidad
de la enseñanza era relativa, ya que estaba condicionada al interés de la
sociedad y del Estado: En la enseñanza primaria se establecía la gratuidad para
los pobres; En la secundaria, matrículas al alcance de la clase media; En la
Universitaria, unos precios que impidieran el acceso a un número superior de
profesionales de los que realmente necesitaba la sociedad.
- la centralización
administrativa de la enseñanza era llevada a la práctica con el nombramiento
de los rectores y superiores de toda la instrucción pública en los distritos
universitarios, y con una inspección eficaz. Oposiciones para acceder a las
plazas docentes.
Las clases de enseñanza eran:
· la segunda enseñanza, orientada a la clase media, cuyo objetivo es la adquisición de los
elementos del saber indispensables en la sociedad; al mismo tiempo prepara para
el acceso a la tercera enseñanza. El Plan dividía la segunda enseñanza en:
* Elemental: era general, lo común que debían estudiar todos
los ciudadanos. Pretendía formar el corazón, ejercitar el entendimiento,
desarrollar sus facultades, educación moral, religiosa y literaria. Se apoyaba
en el estudio de las Humanidades, las lenguas antiguas, el latín, elementos del
raciocinio, del cálculo y reglas del bien decir.
* De Ampliación: comprendía estudios más concretos y
específicos encaminados a las distintas profesiones. Las materias de estudio,
acordes con los distintos campos del saber y su aplicación posterior.
·
los estudios impartidos en las Facultades Mayores, como la Teología, la Jurisprudencia, Medicina y Farmacia. El grado
de Doctor sólo podía obtenerse en la Universidad de Madrid. Se pretendía, igual
que en el Plan de 1824, la uniformidad de las enseñanzas en todas las
universidades del Estado.
·
las enseñanzas especiales,
destinadas a habilitar para carreras y profesiones para la que no era necesaria
titulación universitaria, como la construcción de caminos, canales y puertos,
la agricultura, minería, veterinaria, profesión de escribano, y procuradores de
los tribunales.
En cuanto a la duración del curso: desde el 1 de octubre
al 1 de julio. Para pasar de curso era necesario aprobar todas las asignaturas,
los exámenes eran públicos y los temas
se sacaban por sorteo, existían premios para estimular a los alumnos...
La enseñanza
que contemplaba el Plan podía ser pública o privada. Los públicos eran
los Institutos de primera clase o superiores, de segunda clase y de tercera
clase, los Colegios Reales, las Universidades y Escuelas Especiales.
El profesorado obtenía su plaza por oposición.
La administración general correspondía al Rey por medio del Ministerio
de la Gobernación. El Consejo de Instrucción pública y sus facultades
correspondía a los rectores.
3. Principios generales del Informe
Quintana IIII
La Constitución de 1812 tuvo consecuencias
inmediatas de tal forma que la regencia creó una Junta
-presidida por Manuel José Quintana-
que se encargó de todo lo relacionado con la educación pública. La Junta
elaboró el Informe el 9 de septiembre de 1813, más conocido como el informe
Quintana, que comprendía los apartados siguientes:
a) Introducción
b)
Bases generales de toda enseñanza: se contemplaban los principios y
características de la enseñanza:
- uniformidad de la enseñanza pública en todos
los estudios,
- pública, libre y gratuita (especialmente en
la Primera Enseñanza),
- y libertad de elección de los centros
docentes.
c)
División y Distribución de la Enseñanza: clasificación de los conocimientos humanos,
aptitudes y capacidades de los discentes.
La primera enseñanza
era la más importante ya que era necesaria para poder vivir en medio de una
sociedad civilizada, que requería saber leer, escribir con sentido y buena
ortografía, nociones elementales de aritmética, conocer y practicar los dogmas
de la religión católica, buena moral y cristiana y conocer sus derechos y
deberes. Se propone el establecimiento de escuelas de primeras letras en todos
los pueblos con al menos 500 vecinos.
La segunda
enseñanza: objetivo: preparar al alumnado para estudios superiores y conseguir
una buena formación. Se crean las “Universidades de Provincia”
La Tercera
enseñanza: menos general y se extendía a un número limitado de alumnos.
Comprendía los estudios imprescindibles para los distintos estados de la vida
civil. Novedad: separación de la enseñanza de la medicina de las universidades;
se ubica en colegios o escuelas especiales, unida a los grandes hospitales para
que los estudiantes tuvieran un mayor contacto con el arte de curar. Se crea
una Universidad Central donde se pudieran ampliar las enseñanzas para un mayor
conocimiento de las distintas disciplinas académicas.
d)
Medios y dirección de la instrucción pública:
– Academia Nacional: se
establece en la capital con la finalidad de conservar, perfeccionar y propagar
los conocimientos humanos. 48 miembros.
–
Financiación de la
enseñanza.
–
Funciones de la
Dirección General de Estudios.
4. La educación en la Constitución de 1812
(II)
“Constitución” forma de gobierno de cada Estado que basa su
organización en una ley fundamental que formula los derechos fundamentales y
básicos de sus ciudadanos. En España la primera fue la Constitución de 1812,
basada en el reconocimiento de la soberanía nacional y de los derechos
individuales; la división de poderes (el legislativo en las cortes, el
ejecutivo en la monarquía, y el judicial en los tribunales); reconocimiento de
la religión católica como única; y el establecimiento de un sistema restringido
de representación –sufragio censatario– inserto en una situación económica
determinada.
La constitución de 1812, aprobada por Fernando VII, fue una realidad
de las Cortes generales y extraordinarias de la nación española. El liberalismo
español hacía uso, en educación, de la tradición educativa de la Ilustración,
defendiendo la instrucción pública, y en la que se tenía que basar la
renovación y la reforma de la sociedad. Creían en la democracia y en una
educación en libertad.
La constitución hacía referencia a una estructura educativa basada en
la enseñanza primaria y universitaria, pero no se decía nada de la secundaria.
La enseñanza primaria era obligatoria; los maestros se
dedicarían a enseñar a leer, escribir, contar, catecismo de la religión
católica y obligaciones civiles.
También se proponía la creación de las universidades y otros
centros que se dedicarían a la enseñanza de las Ciencias, Literatura y Bellas
Artes. Se proponía explicar la constitución política de la Monarquía en todas
las universidades y establecimientos literarios donde se enseñaran las ciencias
eclesiásticas y políticas.
Se establecía un plan general de enseñanza para todo el reino y la
enseñanza de la Constitución. También se trataba de la libertad de expresión.
Se abordaba la creación de una Dirección General
de Estudios encargada de inspeccionar la instrucción pública. La Instrucción
Pública correspondía a las Cortes y no sólo al Gobierno.
TEMA 7
1. Funciones del Museo Pedagógico
Nacional II
2. El regeneracionismo pedagógico y
social II
3. El concepto de educación integral
de Joaquín Costa
RESPUESTAS
1.
Funciones del Museo Pedagógico Nacional
II
Los fines para los que surgió fueron:
- Apoyar la reforma de la enseñanza del magisterio en formación,
llenando las lagunas teóricas y prácticas de su plan de estudios
- Colaborar con el magisterio en ejercicio, facilitándole su puesta al
día en técnicas y contenidos.
El Museo, dirigido por M.
Bartolomé Cossío a partir de 1883, no tenía nada que ver con un simple
museo escolar de exposición de objetos ni un depósito de colecciones, sino que,
desde el principio, fue una verdadera
institución pedagógica de enseñanza e investigación, dispuesta a recoger los
avances pedagógicos más significativos y ponerlos al alcance del magisterio
español. Fue, al mismo tiempo, un
centro de innovación, información y difusión técnico-pedagógico en todos los órdenes
de la enseñanza.
Desde su primera etapa, el
Museo se caracterizó por ser el núcleo fundamental del movimiento pedagógico
español contemporáneo. En él:
- Se formaron los mejores maestros
- Se fraguaron las reformas educativas más significativas de la enseñanza
primaria
- Fue el punto de apoyo para el fomento de la pedagogía científica y de
la metodología experimental en España.
2. El regeneracionismo pedagógico y
social II
El Regeneracionismo de
finales del siglo xix y principios del xx aglutinó a los escritores, políticos y ciudadanos que,
descontentos con el sistema de la Restauración borbónica plantean profundizar
en el republicanismo liberal, ya puesto en marcha por diversos grupos políticos
y por la Institución Libre de Enseñanza.
La monarquía era identificada con la España agraria, latifundista con
jornaleros en paro, con el poder del clero en la vida civil, con el
analfabetismo, la miseria y el hambre. Los republicanos creían que sólo la
República sería capaz de modernizar a
España y de crear un Estado democrático, de ahí su oposición a la Monarquía
canovista.
El núcleo fundador de la ile, con Giner a la cabeza, fue el que comenzó a desarrollar
en la práctica el Regeneracionismo social, político y educativo; pero fue con el desastre colonial de 1898 cuando queda más al
descubierto la crisis política, económica y social; fue la destrucción de la
imagen de España como gran potencia, lo que impulsó la revisión de los valores
propugnados por la Restauración.
Se consolida el grupo de escritores de la Generación del 98, que
coinciden en puntos como la crisis que atravesaba el país y la necesidad de un
cambio de sistema político –contra la oligarquía y el caciquismo- y no sólo un
cambio de gobierno. Pero al tratarse de análisis y valoraciones y no de programas
de acción política el daño causado a la oligarquía fue menor que si se hubiera
tratado de partidos políticos o grupos organizados.
El que se puede denominar Regeneracionismo
crítico –diferente del Regeneracionismo conservador de la Revolución
desde “arriba”-, adoptó distintas
direcciones:
- Regeneracionismo que propone medios
pragmáticos a la crisis: Lucas Mallada, Ricardo Macías, Damián Isern,
Lucas Morote Ricardo Macías Picavea, y sobre todo Joaquín Costa.
- Regeneracionismo pedagógico de signo institucionista: Giner de los Ríos, Cossío, Vicente, Azucárate, Altamira.
- Regeneracionismo crítico de los escritores:
Clarín, Galdós, Unamuno, Baroja, Ganivet, Azorín.
- Regeneracionismo crítico de la burguesía
catalana: Prat de la Riba, Maragall.
- Regeneracionismo del
movimiento obrero: Vera, Iglesias, Anselmo Lorenzo
1.1. Lucas Mallada, Ricardo Macías, Picavea, Damián Isern y Luis Morote. (Regeneracionismo que propone remedios pragmáticos a la crisis)
1.2. Joaquín Costa Martínez. Los
regeneracionistas que proponen remedios pragmáticos, entienden que el bajo nivel educativo es una de las causas
de la decadencia; en el ámbito de las propuestas destacó Joaquín Costa.
Su gran
preocupación no era sólo la educación, sino que hacía hincapié en la instrucción. La primera reforma que exige
es la de la escuela, pero pagando lo que se debía a los maestros y consiguiendo
después que el Estado se responsabilizara de dicho pago, además de librarla de
pugnas ideológicas.
1.3. Concepción Arenal. Fue visitadora de
prisiones e inspectora de casas de corrección de mujeres, fundó La voz de la Caridad y, fue nombrada secretaria general de
la Cruz Roja –sección de mujeres-.
En 1879 publicó su libro fundamental Ensayo sobre el derecho de gentes. También publicó: Visitador del preso, Congreso Pedagógico
Hispano-Portugués-Americano, y dos ponencias significativas: La instrucción del obrero y La educación de la mujer; y muchas obras
más hasta su fallecimiento en Vigo en el año 1893.
Prácticamente toda su obra está llena de sugerencias formativas e
instructivas, pero sólo con algunas aportaciones específicamente educativas.
Le interesaban por encima
de todo tres temas:
-
la educación de la mujer
-
la educación de los trabajadores
-
la educación de los marginados sociales.
Su postura pedagógica, a mitad de camino entre la
tradición y la modernidad, se acerca en muchos aspectos a los planteamientos de
la ile, manteniendo el distanciamiento
partidista y la neutralidad religiosa.
Mantuvo una cordial amistad con Giner, Azcárate, Cossío y otros miembros de la ile.
3. El concepto de
educación integral de Joaquín Costa
La educación integral para Costa,
debía abarcar la personalidad total del ser humano, y comprendía la formación
moral, física e intelectual. El carácter integral de la educación lo extiende
además a la instrucción, dentro de su concepción de que ambas han de ir
íntimamente unidas.
También considera importantes la educación de la
infancia en el afecto y la cercanía, la educación familiar y las escuelas de
párvulos. Pero la base esencial de la
formación debía ser la educación primaria por lo que recuerda que no se puede
limitar a la adquisición de rudimentos de lectura, escritura y cálculo, sino
que tenía que consistir en una instrucción más amplia y fecunda.
Avanzado para su época, muestra interés por la igualdad de hecho y de
derecho entre el hombre y la mujer, impulsando la educación femenina
aunque con orientación práctica y útil –leer, escribir, coser, cantar, y amar
racionalmente a sus hijos para educarlos-, pero propugnando que las más
preparadas debían seguir ampliando su formación hasta los niveles que les fuera
posible.
También se preocupó mucho por la educación popular, entendida
como la educación de artesanos y agricultores, con contenidos prácticos y
métodos didácticos. Propuso conferencias semanales y la creación de misiones
populares.
La segunda enseñanza que propugnó Costa, debía durar 8 ó 10
años y ser integral, abarcando de forma enciclopédica todas las materias
posibles. Según él se debían abolir los exámenes por asignaturas y darle mayor
importancia a la educación física, al régimen tutorial y a la formación del
profesorado de la enseñanza secundaria.
También planteó su alternativa para los estudios superiores,
pidiendo:
-
la autonomía universitaria
-
pensiones o becas para estudiar en el extranjero
-
organización de escuelas prácticas en cada
Facultad
-
organizar una Escuela de Estudios Superiores
-
llevar la enseñanza de la Pedagogía a las
Universidades
-
disminución del número de exámenes
-
mayor participación del alumnado en su
aprendizaje, mediante la transformación del régimen educativo.
Siguió hasta el fin de sus días defendiendo sus ideas sociales,
económicas, políticas y educativas. Siempre introducía la necesidad de modernizar la educación como un punto
básico en sus planteamientos.
TEMA 8
1. La renovación educativa del
krausismo español III
2. La libertad de enseñanza y cátedra
para los krausistas españoles
3. La Institución Libre de Enseñanza
RESPUESTAS
1.
La renovación educativa del krausismo
español III
La sociedad española de mediados del s. XIX, bajo el reinado de Isabel
II, necesitaba una importante renovación filosófica y el vehículo de esta renovación iba a ser la filosofía
krausista.
La ILE fue la materialización en 1876 de la
teoría de los reformistas españoles seguidores del krausismo, y sería la
primera piedra de la renovación educativa.
Para hablar del krausismo español, hay que hacer referencia a Julián Sanz del Río, soriano nacido en
1814 y Doctor en Derecho, quien había comenzado ya en su juventud a interesarse
por la filosofía alemana, especialmente por el sistema de Krause –resaltar el
papel de la razón y la independencia de la ciencia.
Se le adjudicó una Cátedra de Historia de la Filosofía; cuando se hace
cargo de la cátedra se dedica más a la exposición del sistema de Krause en el
aula que al objeto de su asignatura. Su excesiva preferencia hacia la filosofía
alemana fue objeto de crítica porque Krause era visto como un filósofo de
segunda.
La razón del triunfo del krausismo en nuestro
país sobre otros sistemas del idealismo alemán –con
Fichte, Schelling y Hegel a la cabeza- fue
el haberse convertido en un movimiento de renovación que anteponía las bases
éticas y religiosas (disposición de ánimo, inteligencia despierta, principios
éticos ideales... y un cristianismo liberal) sobre las teórico-especulativas,
aunque sin descuidar éstas.
Se puede decir que el krausismo es un estilo de vida, una manera de preocuparse por la vida y de
ocuparse de ella, sirviéndose de la razón como brújula para explorar segura y
sistemáticamente el ámbito entero de lo creado.
Se distinguen dos etapas en el desarrollo y
difusión de la filosofía krausista en España: una centrada en torno a Krause
y Sanz del Río, y otra centrada en Giner
y en la ILE. Mientras la primera destaca por su unidad, la segunda se va a
caracterizar no por las líneas rígidas de un sistema, sino por una cierta manera
común de pensar y sentir.
Entre las características del
movimiento Krausista, hay que distinguir:
- Un cristianismo liberal, en lo religioso.
- Una creencia en el poder transformador de la razón, en lo filosófico.
- Un liberalismo progresivo, en lo político.
El krausismo sufre una evolución y se va adaptando a
las inquietudes de un sector de la intelectualidad española. Desde un
liberalismo progresista, supuso el paso de un limitado constitucionalismo
isabelino a la organización estatal decididamente democrática, la secularización oficial de la enseñanza, la
libertad e igualdad de cultos, la racional organización de los estudios y la
autonomía del sujeto, entre otros principios.
2. La libertad de enseñanza y
cátedra para los krausistas españoles
El
krausismo español se trata de un
movimiento cultural que se inicia
en el S.XIX en base al pensamiento de Carl Christian Krausse.
C.
C. Krausse nace en
Alemania en el año 1781. Doctorado en matemáticas abarcó grandes campos de
saber como la lengua, la geografía, etc.
Krausse
aspiraba a ser la continuación del pensamiento de Kant y en su filosofía destaca
lo que él entiende como "panenteísmo" (la totalidad del Univ. es el
único Dios).
Se
distinguen dos etapas en el desarrollo y difusión de la filosofía krausista en
España: 1. Krausse + J. Sanz del Río. 2. Giner +ILE
El introductor de este filósofo y sus
ideas krausistas en España fue JULIAN
SANZ DEL RÍO (Dtorado en Derecho nace 1814) durante su juventud se
interesó bastante por la filosofía alemana y, en especial, por el sist.
ideológico de Krausse.
Con la filosofía krausista se consigue a
mediados del S.XIX (Reinado Isabel II) una auténtica renovación filosófica que
fue una pieza clave en la renovación de la educación de la época. La razón del
triunfo del krausismo en nuestro país fue el haberse convertido en un movimiento de renovación de las
bases ético-religiosas sobre las técnico especulativas.
Tras la restauración de la monarquía de Alfonso XII en 1875 y la restauración de la ley
1875, se generaron grandes protestas lo que provocó que numerosos profesores perdieran
sus cátedras y fuesen deportados. La separación de los profesores de la docencia
significó la pieza clave de la construcción de la ILE de mano
deFrancisco Giner de los Ríos. A través de esta institución se pone en
práctica los ideales pedagógicos krausistas, libre de las limitaciones
oficiales y como alternativa de la Universidad central en decadencia. Giner se
ocupó de la modernización del Estado inaugurando una nueva educación que
sacaría al país de la situación de subdesarrollo en la que se encontraba en el
S.XIX.
3. La Institución Libre de
Enseñanza
La Institución Libre de Enseñanza fue fundada en 1876 por un grupo heterogéneo de gentes liberales que
tenían en común el criterio de la libertad de enseñanza y la independencia de
todo poder o doctrina estatal y eclesiástico.
La Institución está situada dentro de la corriente europea que,
partiendo de la Reforma, continúa en la Ilustración y llega al laicismo del s.
XIX. Se considera, a su vez, como
un antecedente de la Escuela Nueva en España.
Cuando se crea la ILE, dentro de su cometido no
estaba la enseñanza primaria. Pretendía
ser, en primer lugar, un centro de estudios de cultura general (o de
segunda enseñanza) y profesionales, y en segundo lugar también un centro de
estudios superiores científicos. Pero
viendo que los estudios secundarios resultan rudimentarios, la ILE decide
inaugurar una escuela primaria en 1878,
limitándose a la enseñanza primaria elemental y superior como oferta necesaria
para iniciarse en la cultura antes de su ingreso en la segunda enseñanza. Las
clases de párvulos serían puestas en funcionamiento en 1885.
Mientras la Institución fue sólo un centro de enseñanza media y
superior, fue, esencialmente, una escuela
laica. Pero este término no gustaba
a Giner. Entonces aprovecha la iniciativa de Figuerola de crear la escuela
primaria, que había de inspirarse en la pedagogía de la intuición, la de
Pestalozzi. Y esa educación ya no será laica, sino neutral, ya que dota a la educación de un sentido religioso pero sin
dogmas.
Los principios por los que se rigió la ILE fueron:
-
Principios pedagógicos: antecedentes en Comenio,
Pestalozzi y Froebel; educación en/para la libertad; neutralidad
religiosa-política-filosófica; formación del carácter; desarrollo armónico de
todas las capacidades; atención a la orientación profesional de acuerdo con las
aptitudes y vocación de cada alumno; relaciones familia/centro; culto a las
ciencias y a las buenas maneras;
coeducación; personalización educativa, etc.
-
Principios didácticos: comunicación
profesor-alumno, intuición, juego, actividad como base del aprendizaje,
construcción del material escolar por los alumnos, destierro de los libros de
texto, paseos y excursiones, contacto directo con la sociedad, evaluación
continua.
TEMA 9
1. La Escuela Nueva en España I
2. La Escuela Moderna de Ferrer
Guardia
3. El regeneracionismo pedagógico y social.
3. El regeneracionismo pedagógico y social.
RESPUESTAS
1. La Escuela Nueva en España. 2 veces
Se llama así a la escuela de corte
socialista que surgió durante el reinado de Alfonso XIII, dedicada a la
formación de trabajadores, de tendencia de culturización popular, partiendo de
que es un derecho y una obligación recibir formación y contribuir a la sociedad
con su fruto. Pretende, muy especialmente, dotar al obrero del dominio de su
técnica profesional.
Propone las bases para servir de pauta
para una organización sistemática de los estudios. Así, se trata de un programa
de reorganización de la instrucción pública en España, defendiendo la igualdad
de derecho ante la instrucción, la gratuidad absoluta de todas las
instituciones educativas, la provisión gratuita de libros y material, numerosas
becas de estudios y planes de enseñanza acordes con las jornadas ordinarias de
trabajo.
2. La Escuela Moderna de Ferrer i Guardia.
Modelo de escuela que surgió tras la
influencia del anarquismo, que pretendía incidir
en el movimiento obrero catalán a través de la acción cultural y de los
principios anarco-sindicalistas. Uno de sus
objetivos, fue definido por su principal representante, Ferrer i Guardia, como
“extirpar del cerebro de los hombres todo lo que les divide, reemplazándolo por
la fraternidad y la solidaridad, indispensables para la libertad y el bienestar
general de todos.”
Los rasgos fundamentales o principios
educativos son:
-
Rechazo al monopolio del
Estado.
-
La coeducación de ambos
sexos.
-
La coeducación de las clases
sociales –ricos y pobres.
-
La Escuela racional y
científica.
-
La Educación integral del
niño: física, intelectual y moral.
-
Los contenidos y métodos
deben adecuarse al alumno.
-
Una escuela popular
Tuvo corta vida, ya que fue clausurada en
1906. Más tarde, Ferrer i Guardia fue acusado de ser autor de la Semana Trágica
de Barcelona, y condenado a muerte por ello.
3. El regeneracionismo pedagógico y social.
Movimiento propulsor de la vida cultural
española que promovió numerosas e importantes innovaciones durante la etapa del
reinado de Alfonso XIII, como contraposición a la desoladora situación del
sistema educativo que provenía del siglo anterior. Algunas de las innovaciones
fueron:
-
Reforma de las enseñanzas
medias, generales y técnicas.
-
Reordenación de los estudios
en las Escuelas Normales elementales y superiores.
-
Inicio de una nueva política
universitaria.
-
El Estado se hizo cargo del
pago de los maestros de enseñanza primaria, antes pagados por los ayuntamientos
que no podían afrontar el gasto.
TEMA 10
1. La educación en la Constitución de
la II República
2. La “Escuela Única” en la
Constitución republicana IIIII
3. Líneas generales de la política
educativa republicana IIII
4. Misiones principales de las
Misiones Pedagógicas de la República española II
5. Realizaciones educativas de la II
República española
RESPUESTAS
1.
La educación en la Constitución de la
II República
Entre los principios básicos de la política
republicana del primer bienio destacan:
-
La secularización del Estado (Estado civil)
-
Estado educador
-
Escuela única o unificada
-
Laicismo escolar
-
Escuela activa
2. La “Escuela Única” en la
Constitución republicana IIIII
Se entendía como la solución
ante la urgencia de implantar una nueva escuela capaz de convertir en
realidad los ideales de igualdad ante la educación y la cultura, y el deseo de
democratizar y socializar la enseñanza.
La escuela unificada conlleva
dos aspectos:
- técnico-pedagógico: todos
los niveles del sistema educativo, desde la escuela maternal a la universidad,
constituyen ‘peldaños’ o etapas formativas organizadas e íntimamente
coordinadas ‘como eslabones de la misma cadena’, y no compartimentos estancos.
- social y político: que
remite a la igualdad de oportunidades para hacer posible el paso de un grado de
la enseñanza a otro, a la superación de toda educación clasista, a la misión
social de la escuela convirtiéndola durante el día en “hogar infantil”, en casa
de los niños, y en la “casa del padre”, en “auténtica casa del pueblo” durante
la noche. Se pretende implicar a los padres y madres y a toda la sociedad en la
vida de la escuela, haciendo que ésta de convierta en el eje de la vida social,
que el pueblo la sienta como suya.
La escuela única conllevaba la gratuidad
de la enseñanza en todos sus grados –la enseñanza primaria será obligatoria-,
la coeducación, la selección de los alumnos en función sólo de sus aptitudes
personales, la exclusión de la confesionalidad en sus enseñanzas, la unión de
todos los grados de la enseñanza sin solución de continuidad, la creación del
cuerpo único docente, la unificación o estructuración orgánica de todos los
servicios y funciones administrativas, y el protagonismo de los poderes
públicos en la educación.
A la vista de estas exigencias se comprende que
la escuela unificada fuera combatida por los sectores más conservadores, sobre
todo por la amenaza que veían en ella de monopolio docente –a lo que contribuyó
el adjetivo ‘única’-, y también por su carácter no confesional.
La escuela única exigía la intervención del
Estado en educación por razones de conveniencia nacional y de justicia social;
Sólo el Estado soberano podía contribuir a la mejora indefinida del ser humano
haciendo que la educación y la cultura llegasen a todos y que nadie pudiera
verse desatendido en este derecho. La Iglesia, que defendía la idea de un
nacionalismo clerical y católico opuesto a la visión laica del Estado, no sólo
no podía ayudar en el logro de ese objetivo sino que se erigía en obstáculo
para su consecución, pues se desconfiaba
de que las órdenes religiosas no educaran contra la República; De ahí la
necesidad de ensalzar la escuela única en detrimento de las instituciones
religiosas. Pero no se trataba tanto de pensar en la educación como un asunto
relativo a las libertades individuales, sino como una necesidad referida a la
supervivencia de la República. Y es que Azaña creía tanto en el poder de las
intervenciones desde arriba como en el poder transformador de la educación.
También convenía a la nación, en un momento de reconocimiento de las
autonomías territoriales, evitar la desunión de la conciencia nacional de la
que tan necesitada estaba la joven República. El Estado educador esta
llamado a ser la defensa de la República. Porque se salvaguarda la República
formando al hombre nuevo en el ejercicio de la ciudadanía democrática y
republicana para lo que previamente ha de disfrutar de los beneficios de la
educación.
El laicismo escolar es otra nota fundamental de la escuela republicana y un contenido más,
importante y decisivo, de la soberanía del Estado.
Si la modernización del país se tenía como una exigencia
irrenunciable, optar por una enseñanza laica implica una moral también laica e
independiente y comprometida con la
moral autónoma, que es lo que posibilita la libertad -fundamento de la
democracia- con la ausencia de coacción dogmática. Además, otra línea
argumental para acabar con la enseñanza de la Iglesia fue resaltar su papel de
responsable en el atraso de España. El artículo 3 de la Constitución de 1931 al
declarar que el Estado español no tiene religión oficial, y el 26 cuando regula
la total extinción del presupuesto del Clero, la disolución de la Compañía de
Jesús y la prohibición del ejercicio de la enseñanza a las Órdenes religiosas,
constituyen otras piezas angulares de la política laica de la Segunda
República.
3. Líneas generales
de la política educativa republicana IIII
Entre los principios básicos de la política
republicana del primer bienio destacan:
-
La secularización del Estado (Estado civil)
-
Estado educador
-
Escuela única o unificada
-
Laicismo escolar
-
Escuela activa
4. Misiones principales de las
Misiones Pedagógicas de la República española II
Las Misiones Pedagógicas, en el más puro estilo de la extensión
universitaria institucionista, persiguen tres objetivos fundamentales:
1.
La asistencia pedagógica al maestro rural: Para
orientarle pedagógicamente y evitar los peligros del aislamiento, las Misiones
programan visitas a escuelas rurales, la celebración de semanas o quincenas
pedagógicas y cursillos de perfeccionamiento.
2.
La extensión de la cultura como deleite cultural.
3.
La formación ciudadana: formación cívica mediante
una enseñanza difusa, no sistematizada, tan al gusto de la ILE: realizando
reuniones públicas, organizando conferencias y lecturas donde se examinaría la
estructura del Estado y sus poderes, los organismos de la Administración
pública, la participación ciudadana en la vida administrativa y política... con
el fin de hacer partícipe al ciudadano del desarrollo de la nueva
sociedad. De hecho fue en la primera
Misión donde se explicó la recién aprobada Constitución.
Hasta diciembre de 1933 se suceden setenta misiones que recorren
trescientos pueblos. En 1934 se desarrollaron más de doscientas misiones, se
crearon casi 4.500 bibliotecas escolares. Pero durante el bienio
radical-cedista, el presupuesto del que disfrutaron durante el bienio azañista
se vio recortado, ya que no era del agrado de todos el espíritu de la ILE que
impregnaba estas misiones.
La mayoría de las misiones tuvieron por escenario el ámbito rural, más
receptivo a la experiencia misional, y no los cinturones obreros de las
ciudades. Esto se ha interpretado como una manera de rescatar del
conservadurismo a las zonas rurales. Pero también ha sido explicado desde la
consideración de las Misiones Pedagógicas como un gesto bienintencionado y
paternalista de la izquierda burguesa española, que cree en la educación como
motor de la transformación social.
La República reformista de 1931 intentó convertir en realidad viejas
aspiraciones ya presentes en el regeneracionismo español; razones temporales,
políticas, económicas y sociales lo dificultaron. Habrá que esperar a la
política educativa que surgió en plena guerra civil para que se propicien
transformaciones más radicales,
5. Realizaciones educativas de la
II República española
La acción política en
educación buscará, ante todo, hacer frente a la herencia recibida de la
Monarquía, lo que se traducía, entre otras actuaciones, en construir más
escuelas, en formar mejores maestros, en extender a todos los beneficios de la
educación y la cultura y en hacer realidad la dimensión social de la escuela.
Más escuelas y mejores maestros
La más urgente y difícil tarea que emprende la República, sin la cual
no sería posible la unidad de su obra educativa ni su sustento sobre bases
sólidas, tiende a hacer posible el mandato de la Ley Moyano de 1857 que
declaraba obligatoria la primera enseñanza,
lo cual exigía construir tantos puestos escolares como niños en edad
escolar; la República acomete el reto a los dos meses de su llegada
estableciendo un “Plan Quinquenal”, que prevé la creación de siete mil escuelas
el primer año y cinco mil los cuatro restantes.
El primer paso para el cumplimiento de este plan fue la creación de
7.000 plazas de maestros y maestras con destino a las escuelas nacionales,
hecho sin precedentes considerando que el total de la plantilla era de 35.680.
Era necesario un esfuerzo presupuestario enorme y así se hizo,
asumiendo en 1932 un empeño o préstamo
extraordinario de 400 millones para construir 30.000 escuelas en 8 años, sin
duda el esfuerzo económico más considerable realizado hasta entonces. Pero la
escolarización no consiguió ser total, quedando un 48% de los niños sin
escolarizar, y habiendo construido 6.752 escuelas. Aun así fue, con mucho,
bastante más que lo conseguido en años anteriores. El bienio siguiente,
radical-conservador de Lerroux y Gil Robles, supuso una política presupuestaria
restrictiva, especialmente en educación.
Los políticos republicanos sabían que del alma del maestro había de
salir la del niño, que el maestro había de preparar al hombre nuevo
republicano. El maestro es el personaje clave en el proceso de
revolución en las conciencias que perseguía la República; no sólo cobró
importancia su preparación profesional sino también lo que respecta a su consideración
social.
Hacían falta maestros para regentar las nuevas escuelas creadas; la
República formaría maestros nuevos, pero también utilizaría a los que ya había.
Todo un plan en torno al Magisterio se pone en marcha: se reforman las Escuelas
Normales convirtiéndolas en centros auténticamente profesionales; se suprime el
viejo e ineficaz sistema de oposiciones que es reemplazado por severos
cursillos de selección; se crea la Sección de Pedagogía en la Universidad de
Madrid; se aprueba un nuevo Plan de Estudios
del Magisterio; se mejoran los sueldos y se reajustan los escalafones...
Medidas todas que hablan del nuevo espíritu que la República quería
insuflar en el Magisterio, un lugar al que no iría quien no pudiera hacer otra
cosa, sino el que mostrara actitud y vocación
La formación del
Magisterio primario distingue dos beneficiarios:
- los maestros del futuro, los que iniciarían sus estudios bajo la
República, a los que se dirige la Reforma de las Escuelas Normales y la
creación de la Sección de Pedagogía en la universidad de Madrid (y después en
la de Barcelona)
- los maestros en activo, para los que se organizaban Cursillos de
selección, Cursillos de información cultural, Cursillos de perfeccionamiento
pedagógico y semanas pedagógicas.
Ampliación: Cursillos de selección,
que substituyen a las oposiciones, se establecen interinamente hasta que las
Normales proporcionen las nuevas promociones de maestros. Estos cursillos
avanzaban lo que sería la reforma de las Normales.
Semanas pedagógicas: reunidos en las capitales de provincia los
maestros visitan las más innovadoras escuelas, conocen los progresos de la
metodología pedagógica, reciben lecciones modelo, etc. En los dos primeros años
de la República participan en esta experiencia 20.000 maestros.
La precaria preparación del Magisterio, tanto en cultura general como
en formación específica, hacía inaplazable la reforma de las Normales. Aborda
una cultura general, que ya tendrían los aspirantes a ingresar en las Escuelas
Normales al exigírseles el Bachillerato, y otra de práctica docente, que se
desarrollaría en las Escuelas Primarias Nacionales.
La medida más célebre que emprende la República sobre la formación de
los maestros, es la Reforma de las Escuelas Normales, también llamado
‘Plan Profesional’ de 1931.
Sus notas principales fueron:
-
Fusión en una sola de las dos
tradicionales Escuelas Normales –la masculina y la femenina- (coeducación)
-
“Numerus clausus”: máximo de 40 alumnos, que salen con plaza en
propiedad; es decir, se suprimen las oposiciones.
-
Carácter profesional e independiente de las Escuelas Normales: exigencia del título de Bachiller -para asegurar la cultura general
necesaria para superar el severo examen de ingreso-, dejando para la Normal la
profundización en la formación pedagógica.
-
Exigencia de la especialidad a
todos los alumnos, y un año de prácticas.
-
Colaboración de todos los profesionales de la enseñanza (maestros e
inspectores) en la formación de los maestros.
También colaboración de la enseñanza primaria como con la secundaria y
superior, tanto en los exámenes de ingreso en la Normal como en los cursillos
de perfeccionamiento.
La reforma de las Normales tropezó con numerosos obstáculos procedentes
de los reajustes materiales y de personal, y de la concepción de la misma
reforma: la limitación de alumnos hace muy cara la enseñanza de las Normales
cuando hay miles de niños sin escuela; la duración de las enseñanzas para
conseguir el título de maestro las convertía en inaccesibles para quienes
carecieran de recursos económicos; el magisterio era considerado poco
apetecible considerando el futuro y el sueldo que les espera, con lo que derivan
a las Normales los estudiantes que fracasan en otras carreras, cuando lo que
más falta hace en este momento son buenos maestros, cultos y vocacionales. Aun
así, el ‘Plan Profesional’ se recuerda como el mejor del Magisterio español.
En la misma línea de profesionalización del Magisterio y completando
la reforma de las Normales, hay que mencionar la creación en enero de 1932 de
la Sección de Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad
Central de Madrid –con la consiguiente desaparición de la Escuela Superior del
Magisterio-, y cuyo objetivo era que los maestros pudieran acceder a una
preparación de carácter universitario como sucedía en muchos países
desarrollados donde la Pedagogía había adquirido notorio auge. Se podían lograr
los títulos de Licenciado y Doctor; además, otro título específico para los
profesores de secundaria –que hasta entonces había sido exclusivamente
instructivo-
Si para el éxito de la reforma educativa republicana era trascendental
atender a la formación y dignificación del Magisterio, tanto o más lo era reformar
la Inspección de Primera Enseñanza que, estaba llamada a dirigir y orientar
la actividad del maestro.
La República, como se lee
en el Decreto de diciembre de 1932 que reforma la Inspección de Primera
Enseñanza, pretende intensificar su carácter técnico- pedagógico incidiendo en
la función de tutela y de asesoramiento del Maestro, al que debía aportar su ciencia
y su experiencia y ofrecerle el ejemplo de sus lecciones modelo.
La figura del Inspector
como ‘funcionario que controla’ deja su lugar a la del Inspector “profesor
ambulante” que se convierte en “verdadero consejero escolar que trabaja en la
escuela con el maestro.” Recordemos la
importancia que la política republicana del primer bienio dio a sus principios
básicos (secularización del Estado -Estado civil-, Estado educador, Escuela
única o unificada, Laicismo escolar y Escuela activa); el papel del nuevo
Inspector es velar por la implantación de la reforma pedagógica e ideológica.
Se restablece la inamovilidad de los inspectores impidiendo el
traslado o la destitución de sus plazas por motivos ajenos a su gestión
profesional (p ej políticos o religiosos) y se crea la Inspección Central,
concebida como organismo técnico permanente desvinculado de las fluctuaciones
políticas.
La importancia de su
cometido hizo que tras la llegada al poder en noviembre de 1933 del
centro-derecha – contrario a la reforma educativa del primer bienio, que desmantela-
se suprimiera la Inspección Central y se anulara la inamovilidad de los Inspectores.
Tras la victoria del Frente Popular en febrero de 1936 vuelve a restituirse la
inamovilidad de los Inspectores en su destino, al tiempo que se restablece la
Inspección Central de Primera Enseñanza.
El Magisterio y la misma Inspección indudablemente podían contribuir
desde sus respectivas funciones a la mejora de la instrucción pública, pero
necesitan la implicación de la sociedad. Así se crean los Consejos de protección escolar, los
Consejos Escolares Universitarios, Provinciales y Locales, retomando la
iniciativa de la ley de 9 de septiembre de 1857 que creaba las Juntas
provinciales y de pueblo encargadas de velar por la enseñanza; su misión era
vigilar y asistir el funcionamiento interno de la escuela, participando en
ellos desde autoridades educativas, de la administración, inspectores,
profesores y maestros, hasta los padres y madres de familia. Es decir,
participación escolar y descentralización educativa; como tantas otras
iniciativas, ésta murió también con la República.
Las Misiones Pedagógicas
La socialización de la educación y la cultura fue entendida
indudablemente como un mecanismo necesario para hacer efectivo el derecho a
esos bienes, pero también lo fue como un instrumento de conciencia cívica.
“Había que ir a los pueblos” donde era grande aún el apego por la
monarquía y por la tradición, llevarles lo que la civilización crea y sólo
disfruta la ciudad. Levantar el espíritu ciudadano a fuerza de decirles lo que
la República es y significa. Ayudar a los maestros rurales. Este es el origen
de las Misiones Pedagógicas, creadas en 1931.
Tema 11: El nacional-catolicismo franquista: de la
involución escolar al desarrollo tecnocrático (1939-1975).
PREGUNTAS CORTAS:
. La depuración franquista del profesorado español. 1
Comenzó en 1936 con una disposición legal que apartaba del servicio a
todos los maestros. Quien quisiera reincorporarse debía presentar una solicitud
en la que debía hacer constar su pertenencia a sindicatos y partidos políticos,
además de una declaración personal sobre la conducta privada y profesional. Se
pedía información así mismo a otros compañeros y al párroco de la localidad de
procedencia del solicitante, a la guardia civil y a una persona de solvencia
ideológica.
La Comisión Depuradora sabía que estos informes eran producto de la
animadversión personal, pero eran admitidos como válidos. En el año 1942, con
la creación del Juzgado Superior de Revisiones, hubo la posibilidad real de
recurrir las sanciones, aunque para muchos ya era tarde, habiendo cambiado de
profesión o puesto tierra de por medio.
. Líneas generales de la política educativa del
nacional-catolicismo. 1
Religiosidad extrema y nacionalismo autoritario y excluyente, con gran
tendencia homogeneizadora.
Visión
tradicionalista, opuesta a la modernidad y al progreso, se destierra todo lo
que tiene que ver con la educación republicana, la ILE y la Escuela Nueva; Se
rechaza la coeducación y las tendencias y metodologías de la Escuela Nueva,
volviendo a métodos nada participativos y antidemocráticos.
Se
implantó un régimen educativo caracterizado por el control, la fiscalización,
la jerarquización y el autoritarismo. Frente a la tendencia republicana de
reforzar la educación pública, el nuevo Estado se propone devolver el poder al
sector privado.
Será la
Comisión de Cultura y Enseñanza, creada en 1938, la encargada de
elaborar y poner en práctica el modelo educativo nacional-católico.
Ley
sobre reforma de la Enseñanza Media de 1938, en la que se da primacía a lo espiritual, a la
tradición, al elitismo y a la formación de la personalidad.
. Los principios educativos del franquismo. 1
Los criterios
y principios educativos del nuevo régimen: obligación de la enseñanza de
Religión e Historia, que en todas las escuelas figure una imagen de la Virgen,
patriotismo puro, rechazo de todo lo foráneo...
En
suma, carácter religioso, patriótico, cívico y físico de la escuela.
Algunos de sus referentes pedagógicos: Luis
Vives, San Juan de Huarte, José de Calasanz, y las escuelas del Ave María del
padre Manjón.
Promulgación
de la Ley de Educación Primaria de 1945: educación religiosa, educación
patriótica, educación cívica y educación física.
Los
ejes fundamentales serían: la religión, la patria, los principios de
disciplina, jerarquía y sacrificio.
. Autarquía, intervencionismo escolar y educación española
(1939-1951). 2
Ministerios:
-
Pedro Sainz Rodríguez: supresión del laicismo, de la
coeducación y de la enseñanza de lenguas regionales; establecimiento de una
rígida censura en libros de texto y depuración del profesorado. Ley de Reforma
de la Segunda Enseñanza (1938) para la formación adecuada de las nuevas élites.
-
José Ibáñez Martín: creación del CSIC, con las
funciones que venía desempeñando la JAE. Se continuó con la catolización, se
favoreció la enseñanza privada y se dio prioridad a la formación ideológica de
los maestros en la esencia del nacional-catolicismo. Ley de la Educación
Primaria de 1945. Ley de Enseñanza Media y Profesional de 1949. Ley de
Ordenación Universitaria de 1943.
. El Ministerio de Ruiz Jiménez (1951-1956). 1
Durante
este período se pretendía dar la imagen exterior de un país democrático, pero
la realidad era que el nacional-catolicismo seguía en apogeo, aunque de manera
mas flexible.
La
preocupación ministerial se concentra en la Universidad.
En 1953
se publicó la Ley de Ordenación de la Enseñanza Media, que venía
a sustituir a la obsoleta Ley de 1938, si bien la Iglesia católica mantenía su
privilegio de inspeccionar a todos los centros docentes en los aspectos morales
y religiosos. Las principales reformas
que propuso fueron:
-
Perfeccionamiento técnico de la enseñanza
-
Modificación de la organización del bachillerato: dos bachilleratos,
uno elemental de cuatro años y otro superior de dos, con sendos exámenes de
reválida al final de cada bachillerato.
-
Se introduce un curso preuniversitario.
Se
consideran logros de esta Ley la acentuación del interés por la
formación del profesorado, la consolidación del bachiller elemental como grado
académico básico, y la creación de una inspección profesional de prestigio.
La Ley
fue consensuada con el Vaticano y los obispos y, de hecho, la gran beneficiada
fue la enseñanza confesional y los centros privados de la Iglesia, que no
paraban de crecer, ya que la política educativa franquista paralizó por
completo la creación de nuevos centros públicos.
Se puso en marcha también en este período la Ley
de Formación Profesional, creando universidades laborales financiadas
por las empresas y por los fondos de los propios trabajadores. Abarcaba tres
niveles: pre-aprendizaje, aprendizaje y maestría industrial, constituidos como
un sistema de enseñanza para el mundo laboral, cerrado a la posibilidad de
acceder al resto de la estructura educativa general.
Pedro Ruiz Jiménez y su
equipo se centraron en el ámbito universitario. Se advierte un intento de
concederles cierta autonomía y se nombró a personalidades liberales al frente de
algunos rectorados importantes, aunque también se toman medidas restrictivas
como fortalecer la acción del SEU –Servicio Español Universitario [Sindicato de
estudiantes afines al Régimen] - y poner en marcha un Reglamento de Disciplina
Académica para los centros universitarios.
Como ocurrirá posteriormente con Lora Tamayo, fueron los movimientos
estudiantiles los que acabaron con su ministerio; los estudiantes no
falangistas promovieron un sindicato independiente y se opusieron al SEU a
través de revueltas estudiantiles que impactaron fuertemente en la opinión
pública. De hecho, se considera que fue el final del monopolio del control
falangista, con el ascenso al poder del sector vinculado al Opus Dei.
Tema 12: La reforma educativa española de 1970, la transición
democrática y la España constitucional (1975- actualidad).
PREGUNTAS CORTAS:
. El “Libro Blanco” de la educación de 1969. 2
El “Libro
Blanco” ‘La educación en España.
Bases para una política educativa. Proyecto de Ley General de Educación
y Financiamiento de la Reforma Educativa’, fue elaborado por el
nuevo ministro de educación en 1969, José Luis Villar Palasí.
En este libro se presentaba:
-
La situación educativa
española desde las perspectivas económica, cultural y social, señalando las
carencias y las contradicciones que existían.
-
Las líneas maestras de la
reforma que se pretendía implantar.
Se
pretendía la mejora de la situación educativa española, además de crear una
actitud positiva en la sociedad que facilitara la implantación del nuevo
sistema, que busca reformar totalmente el sistema educativo.
Enseñanza primaria o
educación general básica (6-13 años): obligatoria
y gratuita.
Desarrollo del nivel de Segunda Enseñanza: en los ámbitos progresistas se decía que era
imprescindible romper con el clasismo y los desequilibrios de nuestra segunda
enseñanza.
Bachillerato gratuito.
Importancia de la igualdad de oportunidades en el
acceso a la Universidad como
elemento clave de democratización. Integración en la Universidad de los
estudios llamados medios: comercio, magisterio, enfermería…
. Ley General de Educación 1970. 2
Cuando el libro Blanco fue difundido por el país
y una vez recibidas las críticas de la población preocupada por la educación,
fue presentado en las Cortes como proyecto de Ley.
Tanto los
sectores más conservadores (que consideran imposible su financiación) como los
sectores progresistas (que la acusan de poco moderna) se oponen a ella. No se
consulta a los docentes, conocedores de la realidad.
Esta Ley fue resultado de un análisis de las
necesidades de la sociedad del momento, viendo a la educación como remedio para
su desarrollo.
Objetivos:
Educación
obligatoria y gratuita para todos los españoles, con una orientación ideológica franquista, como
no podía ser de otra forma;
. Añadir la formación profesional a la formación
general
. Poner en práctica el
principio de igualdad de oportunidades educativas
. Dotar al sistema
educativo de unidad y de flexibilidad suficiente para interrelacionar los
distintos niveles y facilitar el paso de unos a otros.
En cuanto a la práctica educativa:
-
Evaluación continua
-
Promoción también continua
-
Orientación y tutoría como servicio permanente para los alumnos.
Estructura de los períodos educativos:
-
Parvulario: cuatro o cinco años; y Enseñanza General Básica, (EGB):
duración de 8 años, finalizando el periodo de escolaridad obligatoria.
-
Con 14 años, dos vías de estudio: Bachillerato Unificado Polivalente
(BUP), que conduce a un Curso de Orientación Universitaria (COU), y de él a los
estudios universitarios. O Formación Profesional (FP)
-
A partir de los 16 años se puede ingresar en el mundo laboral.
Tres tipos de centros: públicos, privados
concertados de carácter gratuito y centros privados.
Creación de las Asociaciones de Padres con deberes de
participación.
Estatuto del estudiante que indicaba sus derechos
y sus deberes -deber social de estudiar-
Otras novedades:
-
Incorporación de estudios medios en la universidad, aunque se exigía
haber aprobado el COU.
-
Las Escuelas Técnicas Superiores y las de grado medio se convirtieron
en Universidades Politécnicas.
-
Creación de los Institutos de Ciencias de la Educación, ICEs.
-
Los Colegios Mayores, donde viven y continúan formándose los
universitarios.
-
Educación permanente de adultos.
-
Enseñanzas especializadas.
-
Enseñanza libre: para quien no pudiera ir al centro.
-
Enseñanza a distancia: la Universidad Nacional de Educación a Distancia, la UNED, se encargó
de los estudios superiores desde 1972.
-
Servicio de Inspección Técnica.
. Ley Orgánica del Derecho a la Educación de 1985. 1
En esta ley la educación queda definida por su
objetivo: “el pleno desarrollo de la personalidad en el respeto a los principios democráticos de convivencia
y a los derechos y deberes fundamentales”.
Se reforman los contenidos y los métodos
educativos, eliminando la función de reproducción social de la educación; todos
los ciudadanos tienen derecho a acceder a todos los niveles, factor fundamental
para la democracia.
Aportación a la catalogación de los centros
docentes: de Educación Preescolar, de EGB, de BUP y de FP. Según su
financiación: públicos, concertados –de titularidad privada pero sostenidos con
fondos públicos- y privados. Existía así la posibilidad de elegir el tipo de
centro que los padres quisieran para sus hijos, posibilitando también la
libertad de cátedra, respetando la libertad de conciencia y el pluralismo
ideológico. Así mismo, todos los centros pueden proponer la metodología y
actividades escolares y extraescolares que consideren más pertinentes, siempre
que no discriminen a ningún miembro de la comunidad educativa.
La gestión democrática en los centros se trata de
asegurar creando los Consejos Escolares
e implicando a todos los participantes de la comunidad educativa.
Destacan dos líneas:
-
El desarrollo del principio de igualdad de oportunidades educativas
para todos: programas de Educación
Compensatoria en los Centros de Recursos. También la integración escolar
de los discapacitados.
-
La formación continua del profesorado: se crean los Centros de
Profesores, CEP, más tarde llamados CPR.
. La Educación española a partir de la década de los
noventa del siglo XX. 1
En 1987 se presenta el documento ‘Proyecto
para la reforma de la Enseñanza.
Propuesta para el debate’, ahora con Javier Solana en el Ministerio,
que se convierte, dos años después, en el Libro Blanco de la Reforma
Educativa en el que se formulaba la propuesta que iba a tomar forma de ley
en 1990, la LOGSE.
Tres objetivos fundamentales:
-
Escolaridad obligatoria hasta los 16.
-
Reestructurar las etapas educativas y mejorar la calidad de la
enseñanza.
-
Reforma el currículum, que quedó fijado en un documento, el Diseño
Curricular de Base (DCB).
El objetivo fundamental de la educación que se
formula ahora es “proporcionar a los
niños-as, a los jóvenes de uno y otro sexo, una formación plena que les permita
conformar su propia y esencial identidad, así como construir una concepción de
la realidad que integre a la vez el conocimiento y la valoración ética y moral
de la misma. Tal formación plena ha de ir dirigida al desarrollo de su
capacidad para ejercer con actitud crítica y
en consonancia con sus valores individuales y sociales y en una sociedad axiológicamente plural, la
libertad, la tolerancia y la solidaridad”
- Gratuidad para el ciclo de
3 a 5 años.
- Educación Primaria (EP) de los 6 a los 12
años.
- Enseñanza Secundaria
Obligatoria (ESO) hasta los 16.
- Bachillerato: enseñanza no
obligatoria de preparación para la universidad.
- Formación Profesional,
cualifica para el desempeño de actividades en un ámbito laboral y para la
adaptación a posibles modificaciones en el trabajo.
- Educación
Especial
continúa, siguiendo las medidas establecidas en el año 85.
- Educación
para adultos pretende que los adultos se integren nuevamente en los cauces formativos.
Ley Orgánica de la Participación, Evaluación y
Gobierno de los Centros Educativos (LOPEGCE) 1995: mejorar la calidad de la
enseñanza, la participación y la autonomía pedagógica, organizativa y de
gestión.
Características leyes orgánicas socialistas:
- Igualdad de oportunidades
para todos.
- Refuerzo de los servicios
de orientación y de tutoría.
- Formación del profesorado.
- Clarificación de los
conciertos educativos.
- Ampliación de la escolaridad
obligatoria a diez años.
- Propuestas para que los
pequeños se escolarizaran desde los tres en la enseñanza ordinaria.
- Mejora y prestigio de la formación profesional.
- Establecimiento de medidas
de calidad, especialmente en cuanto a la formación permanente del profesorado.
- Obligatoriedad de
participación de todos los componentes de la comunidad educativa en la gestión
y funcionamiento de los centros escolares a través del Consejo Escolar.
Tanto la LGE como la LOGSE recibieron fuertes
críticas por la escasez de financiación y por no haber demostrado suficiente
valentía en la modernización del sistema educativo.
La educación española en las últimas leyes
A PARTIR DE 1997, CON EL PP:
-
LOU, Ley
Orgánica de Universidades (2001).
-
LOCE, Ley
Orgánica de Calidad de la Educación (2002).
-
Ley Orgánica de la Cualificación y de la Formación Profesional.
A PARTIR DE LOS SOCIALISTAS, EN MARZO DE 2004:
-
Paralización de la ley de Calidad, LOCE, que tan duramente habían
criticado.
-
LOE (2006).
Tres
principios rectores:
. Proporcionar una
educación de calidad a todos los ciudadanos de ambos sexos, especialmente en la
educación básica.
. Lograr la colaboración
de toda la comunidad educativa.
. Comprometerse con las
normativas y recomendaciones de la Unión Europea.
Los fines de la educación:
el pleno desarrollo de la personalidad y
de las capacidades de los alumnos, y la formación en el respeto de los
derechos, libertades fundamentales y de la igualdad entre hombres y mujeres.
-
Se retoma el carácter educativo del período de 0 a 6 años
-
El nivel primario:
evaluación diagnóstica de cada alumno al terminar cuarto curso.
-
En la secundaria hay algunas novedades: una evaluación
de diagnóstico al acabar segundo de la ESO, programas de refuerzo, el carácter
orientador del cuarto curso para estudios posteriores o para el ingreso en la
vida laboral, y programas de cualificación profesional para los estudiantes de
entre 16 y 21 años que no hubieran alcanzado el título de graduado en ESO.
-
El bachillerato también sufre alguna modificación; ahora
son tres las modalidades posibles, la de Artes, la de Ciencia y Tecnología, y
la de Humanidades y Ciencias Sociales, y se mantiene la prueba de acceso a la
universidad.
-
Nueva materia en el currículum de primaria, secundaria y bachiller, la Educación Para la Ciudadanía,
que ha sido objeto de algunos rechazos por la ambigüedad de su contenido.